Revista Cultura y Ocio

La buena suerte. De Rosa Montero

Publicado el 15 julio 2021 por Juancarlos53

√ «El Mal posee recursos que el Bien desconoce»
√ «Hay buenas personas que a veces se comportan como si fueran malas»
√ «Sí el corazón pudiera pensar, se pararía, decía Fernando Pessoa»
√ «¿Qué es lo que uno siente cuando de pronto descubre que el Mal forma parte de su familia?»
√ «Las religiones se inventaron para otorgarle al Mal un lugar en el mundo»
√ «Si solo has conocido el mal, piensas que eso es lo normal»
√ «La belleza ayuda a curar el dolor del mundo»

Este mes de julio, como no podía ser de otro modo, practico un estilo lector veraniego, o sea, a mi aire, sin prisa alguna y probando nuevos formatos de lectura. No es la primera vez que entro en los audiolibros. Si bien mis experiencias anteriores no me resultaron del todo satisfactorias, según las practico (hasta el momento sólo en tres ocasiones he entrado en ellos) diríase que el formato me va resultando menos ajeno y que me voy encontrando como menos a disgusto en él. Este progreso del confort lo he confirmado con esta "lectoescucha" (perdóneseme el bárbaro compuesto) de la última novela de Rosa Montero, "La buena suerte" que me ha agradado bastante. Quizás haya influido en ello el hecho de que la voz lectora sea la de la actriz Emma Suárez que sabe transmitir los matices como nadie. Sí, definitivamente, me ha gustado la experiencia.

La buena suerte. De Rosa Montero
"La buena suerte"
es una historia magnífica, que la novelista sabe conducir con mano segura a pesar de las muchas aristas que la trama y subtramas van dejando asomar en su desarrollo. Pero la Montero sale airosa y transmite una historia de maldad, de sentimientos de culpa, de abandonos..., pero también de felicidad, de saberse  levantar pese a las dificultades, de esperanza, de inmensa fe en el futuro que en el fondo no es otra cosa que lo que vivimos día a día, de seguramente felicidad. Es una novela de ficción plagada de incursiones en la realidad, que la escritora transforma a su gusto por necesidades del guion ficcional. La periodista que la novelista es no se esconde y hechos muy relevantes acaecidos años atrás, que llenaron hojas y hojas de los medios de comunicación, los usa como referentes de los sufridos por los personajes. Unos personajes muy bien delineados, cada uno con sus problemas e inquietudes a cuestas como sucede en la vida real. 
Pablo Hernando, afamado arquitecto, viaja en AVE desde Madrid a Málaga donde tiene concertada una reunión de negocios. Inesperadamente al pasar por Pozonegro, localidad ficticia próxima a Puertollano, ve que en un misérrimo y feísimo edificio próximo al apeadero de la estación hay un anuncio de "Se Vende" colgado en el balcón de uno de sus pisos. Se le ocurre que es ahí donde debe bajarse, adquirir ese horroroso piso y cortar con todo. Así lo hace y adquiere el espantoso zulo en 42000€ que entrega sin regateo alguno a su vendedor, Benito Gutiérrez, quien a partir de ese momento no dejará de reconcomerse por dentro pensando que debía de haberle pedido al menos 60000 a «ese señorito que tiene pinta de ser muy pero que muy rico».
El piso por dentro es un vacío total. Afortunadamente Pablo descubre que lleva con él 1200 libras esterlinas de su último desplazamiento a Londres y acude a la única oficina bancaria de la localidad de apenas 1000 habitantes a cambiarlas. Con los euros obtenidos al cambio acude al Hiper Goliath que hay en el pueblo para comprar lo necesario para sobrevivir. Su vecina Raluca, una chica muy amable y habladora que vive en un piso debajo del suyo se le ha ofrecido para ayudarle en la compra dado que ella es cajera en ese gran Almacén. También, al ver que Pablo parece no disponer de fondos suficientes, le dice que intercederá por él en el Súper para ver si lo contratan. Lo logra y Pablo empieza en seguida a trabajar de reponedor. Pablo tiene 55 años y parece sufrir por dentro; a Raluca de unos 39 algo le dice que Pablo le gusta aunque ella por lo que ha hablado con él piensa que no está a su altura.
Los acontecimientos empiezan a rodar y los diversos personajes comienzan a mostrarse. Importantes son los compañeros y socios del Estudio de Arquitectura que Pablo ha dejado sin previo aviso en Madrid. Estos seres se movilizan y denuncian ante la policía la desaparición de Pablo. De ellos es Regina, mujer de 53 años con quien Pablo ha tenido relaciones esporádicas durante varios años, la que está más interesada en encontrarlo. A raíz de la denuncia entran en escena si bien se mantienen en un plano menor, los miembros de la policía encargados de las pesquisas. Son varios nombres (Nanclares, Jiménez, Lezaún...), hombres y mujeres, unos más jóvenes otros más viejos, con sus inquinas y envidias profesionales y personales, quienes se desplazan hasta la localidad para discretamente indagar.
Es Pozonegro un pueblo de nombre simbólico que hace referencia a la existencia en la localidad desde el XIX de una mina de hulla que dio vitalidad a la zona hasta que en los años 60 del pasado siglo fue abandonada por su baja productividad y excesivos costes. Benito Gutiérrez se reconcome por dentro según va descubriendo la importancia de este Pablo Hernando que según lee en Internet es famosísimo, ha ganado infinidad de premios y realizado proyectos arquitectónicos del máximo interés. Benito se siente engañado por el millonario y decide vigilarlo, entrar en la casa, husmear en sus cosas... para así planificar mejor lo que va a hacer en busca del dinero que, piensa, el arquitecto le debía haber dado por el piso.
Pueblos despoblados, Pueblos mineros desaparecidos
El núcleo actoral es el del edificio cochambroso donde Pablo ha comprado el piso horroroso. Allí en el primero vive Raluca, Pablo en el segundo, en el tercero Ana Belén con su hijita de 5 años, y en otro Felipe, un anciano de 82 años atado a una bombona de oxígeno que debe llevar siempre con él para poder seguir viviendo. Pablo no quiere relacionarse mucho, pero que Raluca le haya conseguido trabajo hace que tenga que atenderla con amabilidad y que acepte sus invitaciones a la piscina del pueblo -la acción transcurre durante los meses de julio y agosto, y el tremendo calor importa para entender mejor la tremenda historia que Pablo esconde en su interior-, a cenar en su casa, a ayudarla en la atención que Felipe requiere... Todo hará que Pablo poco a poco vaya descubriendo en Raluca a una mujer atractiva que le hace recordar a Clara, la mujer con la que estuvo casado y que falleció por culpa de un cáncer rápido y voraz. 
Es una historia en la que el Mal, la maldad de ciertas personas -un 1% se dice en algún momento de la narración que es el porcentaje habitual-, existe y que si te ves envuelto en el área de su actuación es difícil y complicado evadirse, salvarse, olvidarse de ella. Todos los personajes o practican el mal (el Moka, antiguo novio de Raluca, que se dedicaba a las drogas y al trapicheo por lo que ha pasado un tiempo en la cárcel; Benito Gutiérrez que busca estragar a Pablo sacándole cuanto más dinero mejor; Marcos Soto, personaje que nunca da la cara en el relato pero que está en el motivo que ha impulsado a Pablo a romper con toda su vida de triunfador; los socios del Estudio de Arquitectura que sólo buscan el beneficio personal importándoles bien poco los problemas de Pablo; y algunos otros más) o bien lo sufren o lo han sufrido en sus propias carnes. Esto último es lo que les ha pasado a la pareja protagonista: ella, Raluca, romántica mujer que de niña fue abandonada en un banco por su madre rumana que no se hizo cargo de ella, y él, Pablo, que en su niñez sufrió maltratos por parte de su padre y que ahora vive angustiado por la maldad de ese personaje que sobrevuela su vida durante todo el relato sin jamás dar la cara directamente: Marcos Soto.
El amor, la bondad, las buenas acciones, las acciones correctas de algunos harán que, pese a todo y en medio de un mundo hostil que como digo queda simbolizado en el lugar inhóspito donde ha ido a caer Pablo, triunfe el Bien. No es muy normal que tal cosa suceda en los relatos que acostumbramos leer. Es desde luego una arriesgadísima apuesta la que Rosa Montero ha realizado en "La buena suerte". Por ello, creo, que hay que aplaudirle el acierto con que va desenrollando la madeja donde se mezclan los hilos de Ariadna que las diversas tramas forman en el momento cenital de la historia. Podría Rosa Montero haberse dejado llevar por lo fácil y dejarse caer por la pendiente de lo trillado; pero no, la escritora logra tejer una historia creíble con unos mimbres en apariencia chocantes. Mimbres chocantes y ciertamente algo inestables me han parecido Raluca con un gusto estético deplorable aunque con una bondad embriagadora, y Pablo, maestro de la delicadeza, el equilibrio, orden, armonía, mesura y proporcionalidad estéticos dentro de un mundo, el de los negocios, donde los navajazos son práctica habitual.
Creo que Rosa Montero, maestra en el arte de la narración, sabe dosificar la información de manera adecuada, creando el suspense pertinente, soltando cuerda y recogiéndola a su gusto hasta que en los capítulos finales -49 es el número de ellos en que distribuye la historia- todo vaya despejándose, a veces en línea con lo esperado por el lector y en otras con sorpresas de lo más interesantes.
Destacaría especialmente en "La buena suerte" las evocaciones que las acciones del presente suscitan en la mente de los personajes. Muchas de estas evocaciones, como ya he dicho, lo son de sucesos horripilantes acaecidos en verdad, aparecidos en prensa en su momento y por ello suficientemente conocidos por los lectores. Son varios los citados. Uno de ellos, quizás el más horrendo, el de Fred West y su esposa Rosemary que durante 20 años, de 1967 a 1987, violaron, torturaron y asesinaron a al menos 20 mujeres jóvenes, entre ellas una prima carnal del escritor Martin Amis, le sirve a Rosa Montero para profundizar en el porqué de esa actitud tan común de no denunciar los golpes que  a veces escuchamos propinar en la casa del vecino y a intentar mostrar de una mejor manera la confusión mental en la que Pablo se encuentra: «Pablo lee y relee los recortes de periódicos que hablan de estas historias. Quizás busca una respuesta». Ni que decir tiene que me encanta esta manera que tiene la narradora -que se confunde en este relato en numerosas ocasiones con la propia autora- de esconderse, de desaparecer, de no ser ella quien mueve hilo alguno y sólo lanzar una suposición, un quizás.
Muchos asuntos se tocan en "La buena suerte": 
  • La vejezen el personaje de Felipe que con 82 años reflexiona sobre su condición y situación («Envejecer es ser ocupado por un extraño» o «Envejecer no te inmuniza contra el amor»).
  • El feísmo en las cosas, pero también en las actitudes e ideas. A veces lo feo en sus diferentes manifestaciones se acumula, se apila, se amontona («La absoluta quietud del pueblo le resulta no sólo deprimente sino también amenazadora. Más que dormido Pozonegro parece estar agazapado, es un depredador, un enemigo. Un lugar donde pueden secuestrarte unos neonazis y dónde torturan animales»).
  • La pedofilia, su sospecha más bien, que inmoviliza a Pablo cuando desearía intervenir para detener la violencia que su vecina Ana Belén practica sobre su hija de sólo 5 años.
  • El mundo de la Arquitectura que tan bien conoce la autora por afición y por su profesión. Ella misma en las aclaraciones que en primera persona da en el capítulo 50, un epílogo de aclaraciones y de agradecimientos, explica la procedencia de muchas de las obras arquitectónicas realizadas por Pablo Hernando. Así aclara que el Parlamento en forma de cubo de Camberra se lo ha inspirado el Kursaal de San Sebastián de Rafael Moneo. Que la torre Gaya que se supone levantó Pablo es el calco de la torre de Shanghái del arquitecto norteamericano Marshall Strabala. Que el movimiento House in First existe de verdad pero no en la forma de ese proyecto de edificio de cubos pixelados que en la novela se dice que Pablo está construyendo dado que este movimiento busca alojar a los sin techo por toda la ciudad y no crear guetos. Lo que el urbanista indio Charles Correa le dice a Pablo durante una cena es en realidad lo que le contestó esta persona a la autora hace muchos años cuando lo entrevistó en Bombay para el diario El Pais.
  • Pero el principal asunto en "La buena suerte" es, evidentemente, el Amor. Pablo amó a Clara pero no como quizás se debe amar. Hay una metáfora referida a esto en la novela. Se dice en un momento dado que los amantes deben de saber el mismo idioma, un idioma difícil, complejo como el tagalo. Es una metáfora que de manera alegórica y recurrente transita por todo el relato: «Él no sabe hablar tagalo", reconoce Pablo de sí mismo al evocar sus relaciones con Clara, con Regina y la que está surgiendo con Raluca. Curiosa y simbólicamente, al final de la novela Pablo está aprendiendo tagalo memorizando poemas en dicha lengua.
La culpa, el Bien y el Mal en las novelas de Rosa Montero

 Respecto a este asunto del Amor, aunque también presente en otros de los temas tocados en la novela, la novelista realiza abundantes referencias literarias. La verdad es que esta característica está presente no sólo en "La buena suerte" sino también en otras obras de la novelista que he leído. Pero en este libro han llamado poderosamente mi atención las referidas a San Agustín: «"Amar el amor", decía San Agustín. O sea, amar la sensación de sentirse enamorada», que le dice Pablo a Raluca cuando ella le cuenta su relación con el Moka; a Nietzsche: «El amor -decía Nietzsche- no es más que un truco, un espejismo, un engaño de los genes para conseguir reproducirse», piensa Pablo a raíz de la noche pasada con Raluca que, enfadada, le devuelve la perrita y le dice que se encargue de ella y de su vida; al mismísimo Francisco de Quevedo aunque sin nombrarlo cuando el Felipe, enamorado pese a su avanzada edad, piensa que él «morirá amando. Polvo será, más polvo enamorado». Pero sin duda alguna la reflexión más profunda y pertinente que sobre el amor se hace el personaje protagonista es la siguiente: «No hay nada que envejezca más deprisa que el amor mal amado». Él no quiere que con Raluca esto le pueda volver a ocurrir y por eso está estudiando tagalo.
_________________________________Entradas relacionadas
En este blog tengo hecha reseña, además de ésta, de otras dos novelas de Rosa Montero que os invito a leer. Son las siguientes; 
Novelas de Rosa Montero

"La ridícula idea de no volver a verte"
"La carne"
La buena suerte. De Rosa Montero

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