Y la han pillado con el carrito del helado. Es de lo más normal, que una presidenta de gobierno autonómico diga hijoputa a uno de los suyos. Es normal que una presidenta del PP de Madrid llame hijoputa a un miembro de su partido (probablemente a Ruiz Gallardón, aunque ella lo niegue –qué va a decir— y no diga a quién. También es normal que quien tiene y maneja la mayoría en CajaMadrid lance un hijoputa a uno de los consejeros. Como es normal que un seguidor de Ruiz Gallardón o él mismo, según Espe-rancia sea un hijoputa. Es propio de la finura aristocrática de una condesa, llamar hijoputa al personal. Además es normal que se comente con el vicepresidente que uno de los suyos es un hijoputa. Es absolutamente normal que la jefa del clan manipule y quita y ponga a sus peones en CajaMadrid y les llame hijoputas cuando crea que se lo merecen. Es normal que hijoputa no se considere un agravio.
Todo lo anterior es normal. Como es normal que a Cobos, número dos de Gallardón le aparten del partido un año por supuestos agravios contra la Presidenta.
Y es que en el partido popular todo –si viene de Esperanza Aguirre, claro— es normal. Hay quien dice que tiene bula mariana. Yo digo que Mariano y Cía. la tienen miedo. Ergo es normal las dos varas de medir.
Salud y República