La explosión de la burbuja crediticia no sólo nos ha arrastrado a la primera gran recesión mundial desde los años 30, sino que ha dejado al descubierto todas las debilidades y vulnerabilidades de un modelo económico basado en la deuda. Es justamente esa enorme carga de deuda la que lastra y debilita la recuperación, dado que el desempleo global, como fue advertido en La caída de un avión en llamas, llega al 10%, lo que indica 240 millones de personas sin empleo, en términos oficiales. Aunque ciudades como Detroit acusan un desempleo del 50%. Por eso que no sorprende que a las 40.000 personas que viven en albergues en la ciudad de Nueva York por la pérdida de sus viviendas, haya que añadir las 3.000 personas que viven en la calle, como apunta este reporte de The New York Times, más del doble que a principios de la crisis. Y esto ocurre en la primera economía del planeta.
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Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización