Caravaggio
San Mateo y el ángel (Primera versión)
1602
Así pues, yinn, daimon y geniusson, por tanto, seres encargados de adentrarse en la mente humana para ejercer un control sobre ella. Tienen esa capacidad de traer algo del más allá al más acá. Son un límite, una frontera. Pero también son un hilo que unifica. Por ello podemos decir que los que son tocados por estos seres son dotados por el genio. Por alguna razón, su espíritu es capaz de gozar de ello.
Dejando atrás el mito y llegando hasta el logos, es decir, pasando de lo puramente popular a una facción filosófica –a pesar de que no siempre van separados ambos mundos–, Kant, el hablador del genio, diría sobre él que «es la capacidad espiritual innata (ingenium) mediante la cual la naturaleza da la regla al arte». Volvemos a encontrarnos con aquel geniusque llega al humano en el momento de nacer. Kant comprende al genio como una figura que goza de un espíritu distinto al corriente. El genio es, pues, un ser posiblemente superior. Para los más puritanos, llamémosle distinto. Pero éste es capaz de ejecutar su capacidad casi divina sin reglas determinadas, sin cánones establecidos, como si tras él –o sobre él, o a su lado– alguien dictara cada una de sus acciones. El genio kantiano es incapaz de transmitir lo que posee a otros pero, al mismo tiempo, permite ser una fuente de inspiración.
Salvador Dalí junto al
Cristo de San Juan de la Cruz
Debo seguir remarcando que no reniego de otros artistas. Soy capaz de ver la grandeza en decenas de ellos. Nuestra percepción artística no sería nada si no hubiéramos pasado por la perspectiva renacentista, por la realeza de Rubens, por el tremendismo de los románticos y por tantos elementos claves de la Historia del Arte. Pero lo que aquí se está debatiendo no es algo histórico sino filosófico. ¿Qué diferencia hay entre Goya y Dalí, si los dos podrían ser entendidos como genios? Me cuesta llegar a expresarlo pero creo que es precisamente esa posición del genio. Puede que a Goya le susurrara un ángel terrible en la oreja pero Dalí lo tiene en sus entrañas. Ahí está. El genio no se limita a estar en él sino que lo es; es un genio porque hace de él su propia obra de arte.
Reflexionando sobre el genio, llevo años intentando encontrar a alguien al mismo nivel que Dalí. Cuando me adentré en el mundo de Warhol empezó a aparecer esa genialidad. Y por un tiempo creí que él también era genio. Pero algo no me encajaba. Creo que lo que en Warhol falla es que reniega de esa capacidad. La extrema superficialidad en la que vivía lo hizo desinteresarse por el genio. A pesar de que estoy seguro que muy pronto supo que lo era. Además, hay otro hecho que me desestabiliza al intentar igualar a Warhol con Dalí. Viene a ser que el surrealista es anterior al progenitor del Pop Art. Quizás sólo puede haber un genio y lo es el que llega antes. ¿Y por qué no Frida, un genio femenino? Puede que ella no lo supiera. Incluso puede que se lo negara.
Sea como fuere, la realidad actual nos demuestra que no hay genio alguno entre nosotros. Con el fin del arte, hecho del que estoy totalmente convencido pero que no me pararé a desarrollar aquí, no se ha dado lugar para otro genio. Tal vez sólo puede haber un genio o acaso no nos hemos dado cuenta de otros. Por lo menos yo, repito, no soy capaz de encontrar ninguno más. Quizás lo que todavía no sé es qué es el genio y por ello no sé a quién estoy buscando.
Charlie W.
Os dejo con la entrevista a Salvador Dalí en el programa "A fondo" (1977) de TVE que ilustra muy bien a lo que me refiero cuando le llamo genio.