La presentación de los presupuestos para 2012 del Ayuntamiento de Sevilla por parte del equipo de gobierno de Juan Ignacio Zoido ha reavivado el debate político en la ciudad, languidecido quizás por la excesiva cercanía de las festividades navideñas y sus bondades.
La oposición no ha tardado en calificarlos de “falsos” y de “renunciar a crear empleo”. Por su parte, el gobierno municipal se empeña en destacar el recorte de 12 millones de euros en sueldos de “enchufados”. Cuestión de gustos.
Las excusas del Partido Popular son una manera sui géneris de justificar las cuentas públicas a la retrospectiva, culpando a la corporación anterior, y con razón, de su desfase y sacando a relucir esa figura ya clásica de la picaresca política sevillana: el incombustible enchufado.
Sin embargo, hay quien mantiene, como Carlos Mármol, que el recorte en sueldos de altos cargos no ha pasado de un millón de euros y que lo demás es puro maquillaje. Retórica para endulzar el trago.
El mejor exponente de esta teoría es el caso de Tussam, donde el equipo directivo no sólo no ha disminuido, sino que a día de hoy ha aumentado tanto en número como en cuantía. Y, que se sepa, aún no se ha aplicado ningún tipo de recorte salarial. En contraposición, se da por seguro un inminente recorte del 5% en los emolumentos de la plantilla sujeta a convenio.
Desde que el Partido Popular ganara las elecciones el pasado mes de mayo, el equipo de dirección de la empresa municipal de transportes urbanos se vio incrementado en dos personas.
Lo que en el argot de la casa se conoce como “la cabeza de la seta” se amplió con la reincorporación del ex Director del Área de Movilidad de la anterior corporación, Rubén García Lancharro, que volvió a ocupar su plaza de Jefe de Área tras las elecciones, una vez finalizada su excedencia por cargo público.
A ello hay que sumarle la ubicación del ex gerente, Carlos Arizaga, en la AIE de Sevilla, donde sigue cobrando sus pingues emolumentos por cuenta de Tussam, al menos hasta que la próxima creación del nuevo holding municipal, la futura Corporación de Empresas Municipales de Sevilla, absorba su desembolso. Aún así, seguirá cobrando parte de los mismos por cuenta de la empresa que en su día dirigió, ya que la citada corporación se sufragará a partes iguales con cargo a sus empresas integrantes. O sea, que de recortar en “enchufados”, sí pero menos.
Eso sin entrar en el detalle sin importancia de la cuantía de los sueldos, a pesar de los anunciados y publicitados recortes. Queda ya demasiado lejana en la memoria aquella vieja aspiración de Zoido de poner en práctica la propuesta salarial planteada por la FAMP: que ningún sueldo de funcionario o empleado público pueda ser superior al del propio Alcalde, en este caso alrededor de 50.000 euros brutos anuales.
Debe ser uno de tantos espejismos que alucinan a los políticos durante la larga travesía de acceso al poder.