¨Marie se volvió hacia un lado y de repente vio algo que la obligó a estremecerse como si hubiera recibido una descarga eléctrica: una cabeza humana le estaba mirando directamente. Únicamente la cabeza, sin su tronco. Estaba fijada a un tablero de cristal cuadrangular, que se sostenía sobre cuatro elevadas y relucientes patas metálicas.¨
Me ha dado un poco por los rusos. Por la ciencia ficción rusa. El terror ruso. El vodka Ruso. Yo que sé. Tengo en casa a Alexander Bogdánov, a Alexéi Tolstói, a Nadezhda Teffi, a Liudmila Petrushévskaia, a los hermanos Strugatski. Y quién nos ocupa hoy, Aleksandr R. Beliáiev. Empiezas con uno y ya no puedes parar.
Están todos por leer, menos Beliáiev, e irán desfilando por el blog poco a poco, a ver que os parecen.
Lo que nos ocupa hoy es La cabeza del profesor Dowell y El día del juicio final, las dos novelas que recoge este libro editado por Alba hace algo más de un año. Al señor Aleksandr R. Beliáiev se le tenía, y se le tiene aún, en gran estima en su país, se le compara con Jules Verne y se le considera uno de los precursores de la ciencia ficción rusa. Llegó a escribir más de ochenta novelas y otros tantos relatos de género, y algunos de ellos fueron llevados al cine. En España hay traducidas creo que otras cinco novelas a parte de estas dos que nos ocupan hoy. Murió de hambre en Pushkin en 1942 durante la ocupación y sitio de los nazis.
La cabeza del profesor Dowell me ha sorprendido (y divertido) muchísimo, es una novela diferente, una aventura de ciencia ficción surrealista y totalmente Pulp, con tintes de folletín y con puntos absolutamente deliciosos. Cabezas cortadas parlantes, cuerpos amputados, científicos malvados…
Por un lado tenemos al infame profesor Kern, antiguo ayudante del profesor Dowell, que está siguiendo con los experimentos que el difunto profesor Dowell dejo inacabados después de morir. Y si los sigue realizando es para ganar la fama y la reputación que le hubiera sido imposible alcanzar de seguir con vida su mentor, el profesor Dowell. Esta artimaña está siendo posible gracias a que kern ¡¡mantiene con vida la cabeza separada del cuerpo del profesor Dowell!! ¡Kern mantiene la cabeza de Dowell viva! ¡Y la tiene sometida! Es maravilloso como Beliáiev aborda el tema de mantener con vida una cabeza cortada, como lo cuenta científicamente y moralmente, todos los pros y los contras, es perturbador y divertido al mismo tiempo.
Y por otro lado tenemos a la señorita Marie Laurane, la joven doctora que contrata el malvado Kern para que le ayude a llevar a cabo su perverso plan de fama y fortuna. Marie se encuentra con un panorama sobrecogedor, una cabeza viva sometida a trabajar para dar fama a su secuestrador.
Con estos ingredientes Beliáiev teje una trama deliciosa, llena de romances, traiciones, heroicidades, crueldad, ciencia, amputaciones, suturas, manicomios y un sinfín de operaciones y transfusiones.
En conjunto La cabeza del profesor Dowell es una novela sencilla, escrita de manera clara y directa, como dicta el buen Pulp -aunque quizá por época y territorio sería un error englobar esta novela en la corriente Pulp-. Lo que quiero decir es que es una novela de formas simples, con personajes no demasiado profundos, con una trama en ocasiones atropellada, con algunos saltos y que pasa de un plano a otro sin demasiada vergüenza. Todo eso la hace mejor si cabe, y da una clara pista de lo que es; una novela de ciencia ficción escrita en 1925, con sus limitaciones y sus virtudes.
Puestos sobre aviso, solo cabe disfrutar de una historia divertida y alocada que se va volviendo oscura con el paso de las páginas y los acontecimientos, que en su aparente sencillez transmite fuerza y crueldad y que termina mucho más oscura de lo que empezó.
Este volumen también incluye El día del juicio final (1929) novela corta (unas cien páginas) o, si lo preferís, relato muy largo. El punto de partida es curioso, todo empieza cuando nuestro protagonista, un reportero destinado en Berlín en los años veinte, nota que al mover su mano ésta es invisible, que todas sus acciones son invisibles, y no se da cuenta hasta pasados unos minutos que sus movimientos vuelven a ser visibles. Esto es, que el tiempo se ha ralentizado, en este caso la velocidad de la luz ha disminuido y todos los movimientos de la tierra son percibidos con varios minutos de retraso. La situación que se crea a consecuencia de este trastorno temporal es absolutamente caótica y divertida; dantescos accidentes de coche, de tranvía, robos, caídas, choques, situaciones absurdas en las aceras, diálogos surrealistas…
El día del juicio final esconde una trama de espías y de gran carga política, es amena y divertida, igualmente folletinesca -como su antecesora- y está escrita de igual manera, resuelta, sencilla y directa.
Dos novelas que se disfrutan mucho y que se salen de los cánones más convencionales de la ciencia ficción, que están más cerca del Pulp y de las novelas populares. Un autor desde luego a reivindicar y a leer cuando uno tiene ganas de diversión y de locura a raudales. ¿Quién se va a resistir a cabezas parlantes, malvados científicos, amputaciones a mansalva y manicomios de lo más cruel?
La cabeza del profesor Dowell
Aleksandr R. Beliáiev
Alba editorial 2013
358 páginas.