Este sencillo refrán viene a decirnos que es muy díficil, por no decir imposible, que una persona renuncie a su esencia.
Es decir, una cabra que hubiese sido criada en la zona mas urbanita de Tokyo si ve un monte, su instinto la llevará inevitablemente la susodicho monte.
Y lo mismo pasa con los machos cabrios.
Como el terrorista palestino, no identificado en la noticia, que solo dos dias despues de ser liberado se introdujo ilegalmente en Israel para intentar asesinar israelies, lo que reconoció al ser detenido.
Pues eso, que la cabra, o el macho cabrio en este caso, tira al monte
Fuente: Arutz Sheva