Revista Salud y Bienestar
No cabe duda que los buenos resultados en los exámenes son producto de la dedicación de los estudiantes a lo largo del curso y de un trabajo continuado. Sin embargo, en estas épocas llegan las evaluaciones finales, las repescas o las oposiciones, y los estudiantes se someten a jornadas intensivas de estudio en las que incluso es muy habitual la privación de sueño durante varios días. La cafeína, consumida en dosis moderadas, puede convertirse en un excelente aliado, según demuestran los estudios.
La primera recomendación que habría que hacer es evitar estar más de una noche sin dormir, ya que la falta de sueño repercute negativamente en la calidad de la vigilia. “La cafeína nos puede mejorar el estado de activación mental y compensar déficits asociados a situaciones de fatiga, pero los beneficios de ésta serán superiores si la utilizamos durante el día y evitamos el consumo nocturno con la finalidad de que nos ayude a mantenernos despiertos durante largos períodos”, explica la Dra. Ana Adan, investigadora del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona e investigadora principal del Estudio Performance.
“Si no se dedica tiempo a dormir, se pone en peligro la capacidad de almacenar o consolidar convenientemente los conocimientos adquiridos durante el tiempo dedicado a estudiar. El cuerpo y la mente son capaces de compensar la pérdida de una noche de sueño, pero mantenerse sin dormir más de dos noches ya pasa factura”.
- ¿Por qué es beneficiosa la cafeína para mejorar el rendimiento cognitivo?
La cafeína es una sustancia con propiedades estimulantes que puede ayudarnos a mejorar la atención y a reducir las consecuencias de situaciones que conllevan fatiga mental y física.
Existen numerosos estudios que han evidenciado beneficios asociados al consumo de cafeína, especialmente en tareas que requieren de atención sostenida. Los trabajos recientes del equipo norteamericano de Brunyé (Massachusetts) confirman este dato en la capacidad de atención visual, la cual puede considerarse un estimador de la capacidad de concentración. En concreto, el rendimiento mejora tanto considerando la velocidad a la que se procesa nueva información como en la precisión (menos errores, falsos positivos u omisiones).
Ello además se ha observado tanto en consumidores habituales como en individuos que no tienen la costumbre de consumir cafeína, en el primer caso la dosis óptima es moderada (300-400 mg) y en el segundo es suficiente con la administración de dosis bajas (100-200 mg). También existen algunas evidencias de que la destreza psicomotora puede mejorar tras el consumo de cafeína, en especial en circunstancias deficitarias para una correcta ejecución. Los beneficios en atención y psicomotricidad se producen ya con la administración de dosis bajas en situaciones deficitarias de activación, como es el caso de sujetos fatigados, con déficits de sueño y trabajadores en turno de noche.
“El estado subjetivo también mejora con el consumo de cafeína. Los sujetos manifiestan encontrarse más alertas, eficientes, capaces de concentrarse y más motivados para el trabajo. Por contra, desciende la percepción subjetiva de somnolencia, cansancio, fatiga y afecto negativo. En general podemos decir que se produce una relación dosis-dependiente, a mayor dosis más efectos, siendo el rango de dosis más efectivo de entre 100-400 mg”, explica la Dra. Ana Adan.
Los efectos de la cafeína sobre la atención se han evaluado recientemente mediante la técnica de neuroimagen de resonancia magnética funcional, lo que proporciona información sobre los mecanismos neurales que subyacen a los efectos cognitivos y conductuales conocidos. El grupo austríaco del Prof. Koppelstäetter ha sido el pionero en este ámbito de investigación. Sus trabajos han aportado evidencia de que el consumo de cafeína a bajas dosis (100 mg) modula la actividad neuronal de las regiones cerebrales responsables de la atención sostenida, la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas aun en ausencia de observar un rendimiento superior en las estimaciones de ejecución (velocidad o precisión). Esto es, bajo los efectos de la cafeína para rendir igual los individuos deben realizar menos esfuerzo y consumo de recursos cerebrales.
-¿Qué mecanismos activa en el cerebro?
El mecanismo de acción de la cafeína es el bloqueo de los receptores de la adenosina tipo A1 y A2A. Los receptores de la adenosina están ampliamente distribuidos por el encéfalo, con una gran cantidad en el hipocampo, la corteza cerebral y cerebolosa y el tálamo. Ello produce incrementos moderados en la transmisión de los sistemas de neurotransmisión dopaminérgico, noradrenérgico, serotoninérgico y colinérgico. La acción sobre la actividad dopaminérgica se piensa está en la base del efecto preventivo neuroprotector de desarrollar la enfermedad de Parkinson, tanto en varones como en mujeres siempre que éstas no se hayan sometido a tratamiento estrogénico.
“La estimulación de los sistemas noradrenérgico y colinérgico se relaciona con incrementos en la atención y las capacidades de rendimiento cognitivo, en especial en situaciones deficitarias como por ejemplo en estados de privación de sueño. Finalmente, la activación del sistema serotoninérgico nos explica los posibles beneficios en el estado de ánimo”, relata la Dra. Ana Adan.
-¿Cuál es la dosis aconsejada?
Se aconseja el consumo responsable o de dosis moderadas de cafeína de entre 200-400 mg/día. Éstas no tienen riesgos para la salud y tampoco suelen producir ninguna molestia perceptible aunque se realice un consumo esporádico. Las evidencias disponibles en la actualidad sugieren la posibilidad de que suponga beneficios tanto a corto plazo (aumento alerta, capacidad de concentración y estado de ánimo) como a medio y largo plazo (efectos preventivos para pérdidas cognitivas e incluso algunas enfermedades neurodegenerativas).
“La cafeína, consumida tanto a partir de preparados como el café, el té o los refrescos de cola o en presentaciones farmacéuticas, tiene aceptada la indicación de estados de somnolencia, astenia, fatiga o agotamiento, tanto sean éstos de tipo físico como psíquico”, resume la Dra. Ana Adan.
La época de exámenes proporciona un elevado nivel de estrés a los estudiantes que también padecen problemas de concentración por las elevadas temperaturas y la disposición de tiempo libre, entre otras razones.
“El consumo de cafeína en dosis de 200-400 mg mejora la atención visual entre consumidores habituales de cafeína”, afirma un estudio publicado a finales del pasado año por la revista científica “Brain and Cognition”, en base a un trabajo realizado entre estudiantes estadounidenses.
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