Soy cafetero, pero de esos que le gusta el café sólo o como mucho cortado, a veces cuando te toca ir a un sitio donde sabes que el café es malo de solemnidad lo pides con leche para enmascarar el sabor (malo) y el color (peor). Las cafeteras de cápsula, han sido un gran avance porque permiten universalizar el café bien hecho en cada domicilio, y esto hace que haya muchos/as que se apunten al café por moda. El mundo del 2.0 no deja de ser, como digo muchas veces, un fiel reflejo del mundo 1.0 …. y también es un reflejo del mundo de las cafeteras de cápsulas.
Lo más característico y lo que se valora del café de cápsulas aparte del sabor, es la espuma…pero claro debajo de la espuma hay café negro. La fábula de la espuma del café esta semana salió en una conversación que mantuve sobre las actitudes que algunos/as adoptan en el mundo 2.0.
Un ejemplo de espuma de café en el mundo 1.0, lo viví hace unos cuantos años cuando en una entidad en la que pululaba un directivo que aunaba un estilo de dirección autocrático en exceso, con un aura de excelente gestor. En una reunión en la que se decidía entre otras cosas el nombre de una intervención de gran calibre se emperró en llamarle Proyecto en lugar de Plan. Cuando era un Plan, porque recogía distintos proyectos con diferentes beneficiarios y actividades. En ese momento nos dimos cuenta que no sabía la diferencia enter ambos conceptos y cuando se le hizo ver su error destapó su espíritu autocrático y la cosa al final se llamó Proyecto. Esa reunión nos sirvió para ver que el mito de gestor era sólo espuma (acciones posteriores confirmaron estos aspectos) y por debajo no había ni dos dedos de café negro, aromático y amargo.
De la misma manera sucede en el mundo 2.0, todos/as somos expertos, pero expertos hay pocos…aficcionados/as muchos. Sobre todo en un mundo en el que todos los días estamos aprendiendo…por lo menos yo.
Por cierto, como dicen las tvmovies americanas: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Feliz Primavera!!