Revista Cine
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Sinceramente no entiendo como "La caída de los dioses" tiene tan buena crítica en las diferentes páginas dedicadas al cine. No baja de 7 en ninguna de ellas. Para los estudiosos del cine esta cinta es la primera de la trilogía alemana de Visconti, siendo las otras dos "Muerte en Venecia" y "Ludwing". Además la música es de Maurice Jarre (aunque no lo parezca). Para mí en cambio es una película bastante mala y aburrida repleta de burdos topicazos. Quizás es que me pase como con "Portero de noche" pues la vi varios años después de su estreno cuando la echaron por la tele en las sesiones de madrugada. La he vuelto a ver para realizar este comentario y debo decir que he utilizado con alegría el botón de "avance rápido". ¡Menudo tostón!
Se supone que Visconti intenta reflejar la decadencia y degeneración de una gran familia industrial alemana en el período en que los nazis toman el poder en Alemania. Supuestamente los Essenbecks son un trasunto de la familia Krupp. En mi opinión hay más diferencias que parecidos. En 1902 el kaiser obligó a casarse a Bertha Krupp con Gustav von Bohlen und Halbach. El motivo es que el imperio industrial no podía ser dirigido por una mujer. Gustav cambió su apellido en 1909 se convirtió en el presidente de la compañía. Después de la Primera Guerra Mundial, se prohibió a la Krupp que fabricase armas, aunque desde 1920 y con el apoyo del gobierno de Weimar, no dejo de investigar en dicho campo, o de abrir sucursales en otros países. Además fue favorecida con contratos de ferrocarriles. Curiosamente, la compañía tenía muy buena prensa entre los trabajadores ya que fue una de las pioneras en establecer una seguridad social y un seguro dental para ellos. Como buen noble, despreciaba a los nazis porque no los consideraba de su misma clase. Pero en 1932 cambió totalmente su punto de vista hacia ellos, ya que temía más a los comunistas. Los nazis además se encargaron de hacerle feliz de dos formas. Una fue que gran parte de los contratos de armas pesadas fueran a su compañía y la otra eliminando a los sindicatos. En palabras del industrial Fritz Thyssen, Gustav se convirtió en un supernazi de la noche a la mañana. En 1933 Hitler nombró a Gustav presidente de la Federación de la Industria Alemana. La expansión de la compañía era imparable pasando de 35.000 a 112.000 empleados.
En 1939 la salud de Gustav comenzó a deteriorarse y en 1941 sufrió una embolia. Así que fue sustituido por Alfried, su hijo mayor. Éste era un nazi convencido que se alistó en las SS en 1931 por lo que las relaciones entre la compañía y los nazis fueron como la seda. La mayor recompensa de la lealtad de Alfried hacia Hitler vino en 1943 con la promulgación de la Ley Krupp. Todas las acciones de Bertha pasaron a Alfried y se desheredo a otros posibles herederos. Es decir, Alfried se quedó con todo. Sin embargo por esas fechas el listo de Alfried tenía en mente otros planes. La derrota de Stalingrado le mostró que Alemania iba a perder así que comenzó a liquidar todos los bonos estatales y a poner su fortuna a salvo en otros países. Al final de la guerra fue juzgado en Nuremberg y condenado a 12 años de prisión y a la requisa de su fortuna por haber utilizado mano de obra esclava. Sin embargo a los tres años se les amnistió y se le restauró parte de sus ímperio industrial. Murió en 1967.
El tiempo ha tratado muy mal a esta cinta. Visconti trata de contarnos su versión de esa historia pero le sale una especie de gazpacho kitsch en el que mezcla a Edipo con Macbeth. Se supone que el personaje de Dirk Bogarde es la recreación de Gustav, el interpetrado por Ingrid Thulin sería Bertha, y el personaje de Helmut Berger representaría a Alfried. Luego inserta a otros personajes para dar algo más de color. Por un lado el matrimonio Thallmman y sus hijas representan lo poco bueno e inocente que queda en esa familia. Y por el otro está Konstantin, un miembro de las SA que refleja al típico malvado bruto, cruel, soez y torpe.
La película se inicia la noche del día 27 de febrero de 1933 (aunque en la película dicen que es el 18 de febrero). Se celebra el cumpleaños del viejo baron von Essenbeck, líder del clan y presidente de la compañía. Esa noche arde el Reichstag, y el barón es asesinado. Comienza así una lucha por el poder entre los diversos miembros de la familia de manera paralela a la lucha que se establece entre las SA y las SS por el control del partido nazi. Y ambas se resolverán de manera violenta. Las SA serán eliminadas en la famosa Noche de los Cuchillos Largos, que Visconti la recrea como una especie de orgía gay-sadomasoquista que acaba en un baño de sangre al estilo gangsters de Chicago. Aquí debo destacar que se recrea a Rohn correctamente y no como en "Hitler, el reinado del mal " En cuanto a los Essenbeck será Martin, el más degenerado de todos ellos, el que sobrevivirá a las purgas e intrigas que aniquilan al resto de la familia.
Fue muy polémica cuando se estreno, y de hecho en los Estados Unidos se le dio la clasificación X. Y es que el personaje de Helmut Berger es una auténtica joya: drogadicto, pedófilo, travesti, etc. Añadamos a eso las escenas de incesto, pedofilia y de sadomasoquimo gay y ya tenemos los ingredientes necesarios para que fuera un escándalo. De hecho, el cartel con Helmut Berger travestido en la Marlene Dietrich de "El angel azul" se convirtió en una especie de icono cinematográfico. No es de extrañar que Fassbinder llegara a decir que era su película favorita.
Como he indicado antes, me parece que la película abusa de los topicazos, como el de "nazi = degenerado". Lo terrible de los nazis, o de los comunistas del régimen estalinista, o de cualquier otra dictadura, es que generalmente no eran unos "degenerados", sino unos tipos de lo más "normal" que incluso creían que lo que hacían era lo "correcto". De hecho, el único personaje que me gustó, y que al mismo tiempo me parece más inquietante es Aschenbach, el oficial de las SS, interpretado por Helmut Griem. Durante toda la obra se muestra educado y refinado, pero deja adivinar toda la maldad que puede desarrollar un poder totalitario. De toda la película salvaría la secuencia en que Helmut Grien e Ingrid Thulin pasean por el archivo de las SS donde tienen fichados a todos los ciudadanos. Allí Asschenbach le explica que el milagro del III Reich es que cada ciudadano alemán es nuestro informador en potencia. Una descripción totalmente exacta de lo que sería la extinta RDA unas décadas después. Inquietante ¿no?
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