Recientemente se ha producido otra gran demostración de la inmensa imbecilidad e irresponsabilidad que impera en la U.E.
La U.E. no se entera de que las políticas económicas que impone a sus países miembros son de una soberana estupidez porque empeoran el problema en vez de solucionarlo, y no solo no se enteran sino que insisten en profundizar en la imbecilidad. Aparte que no creo que quede ni un solo experto en economía en el mundo que no haya denunciado su idiotez, además disponen de evidencia en forma de las propias cifras de los países miembros de los últimos años, que son una clara demostración del descomunal fracaso de las medidas, evidencia que se hace más sangrante todavía cuando se comparan las cifras de los miembros de la U.E. con las de otros países europeos que por suerte para ellos no están obligados a obedecer a la Loca de Berlín, y han aplicado medidas que en muchos aspectos son opuestas a las de la Unión Estúpida, y por esta sola razón han dejado atrás la crisis mucho antes que cualquier miembro de la U.E., y lo han hecho además de forma clara y sin las fragilidades de la Unión Estúpida.
Ahora en la U.E. se preparan para la enésima revisión de la situación en Grecia, aportando más fondos de nuevo a cambio de otro paquete de medidas estúpidas, sin haberse enterado tampoco todavía, a pesar de que hasta un asno habría llegado a tal conclusión, de que lo que han obligado a hacer en Grecia desde el inicio del 2010 no solo no ha solucionado el problema y no ha mejorado su economía en ni en una sola centésima durante un solo día, sino que va de mal en mucho peor, el país está en continua recesión aunque ya no a los niveles catastróficos de hace unos años, pero su PIB sigue cayendo al menos cinco centésimas al trimestre, y lo que se supone que es el objetivo del absurdo ejercicio: reducir el gasto público para disponer de fondos con que cancelar la deuda pública del país, en clara aplicación de principios simplistas de economía doméstica a la gestión pública, no solo no rebaja la deuda sino que, tal como les ha ocurrido a todos los miembros de la U.E. que han aplicado las medidas imbéciles, su deuda ha aumentado espectacularmente y con esta revisión ya se acercará al triple de la cifra inicial (teniendo en cuenta lo condonado hasta la fecha), aunque si hay un objetivo claro que ha sido logrado con éxito total: la deuda pública griega ya no está casi toda en manos de bancos alemanes, cuya deuda griega ha sido cancelada, sino que ahora el principal acreedor es la U.E., es decir, nosotros.
Curiosamente, como ocurre en el caso de España la U.E. no exige acción alguna ni aporta ayuda de ningún tipo para solucionar lo que está en la base del problema, que en el caso de España es la catastrófica Administración Pública, a lo que en Grecia se suman inmensas deficiencias en la gestión pública en general y una falta generalizada de la más mínima seriedad fiscal.
Afortunadamente, aunque sin demasiadas esperanzas, parece que esta vez van a revisar las medidas a aplicar a Grecia porque el FMI ha insistido en una nueva condonación de parte de la deuda, pero estoy convencido que el resultado será otra barbaridad, con condonación o sin ella. El problema es que si nadie rectifica la burrada que están cometiendo en Grecia el asunto podría llegar a acabar en revuelta generalizada y quién sabe si en guerra civil cuando la paciencia de los griegos esté ya tan consumida que les de igual mandarlo todo a paseo.
Algo parecido puede acabar ocurriendo en el resto de la U.E., por supuesto sin revueltas ni guerras civiles, pero movimientos como los del 15 M en nuestro país ahora reproducidos en Francia, y otros extremismos de todo tipo que están apareciendo como setas, en mi opinión son debidos a las barbaridades de la Unión Estúpida. Merkel y muchos otros políticos occidentales, liberales furibundos que quieren imponer el capitalismo extremo, en muchas ocasiones con alguna de las cosas que hacen, imponen o proponen dan toda la impresión de estar haciendo todo lo posible por demostrar que Karl Marx tenía razón, y el capitalismo llegará a su colapso final por su propia lógica interna.
Cuando en el 2010 se inició la crisis de la deuda griega y la U.E. empezó a demostrar que es capaz de alcanzar los máximos niveles de imbecilidad, Islandia llevaba dos años de una crisis peor que la griega porque lo que quebró en Islandia fue toda la banca en 2008, pero desde al menos el 2012 Islandia se ha recuperado y en la actualidad su economía está totalmente saneada y disfruta de mucha mejor salud que la mayoría de los países de la U.E. que no tuvieron más problema que cumplir con las estupideces que les obligaron y obligan a hacer, y aunque se critique que los clientes extranjeros de sus bancos perdieron prácticamente todas sus inversiones, eso es lo que ha ocurrido siempre cuando quiebra el banco donde uno ha depositado fondos. Claro que Islandia tenía una gran ventaja: no es miembro de la U.E. y por lo tanto puede aplicar medidas inteligentes y con sentido común, además de que puede mandar a banqueros y otros responsables a la cárcel, y obligar al Primer Ministro a dimitir por estar en la lista de los papeles de Panamá, mientras la U.E. protege a los muchos chorizos y responsables de las muchas crisis bancarias, gubernamentales y empresariales (alguno de ellos es presidente de la Comisión Europea), y a quien castiga es a la ciudadanía con grandes sacrificios, en su mayoría inútiles.
Todo esto, y otras barbaridades similares se las debemos a la Loca de Berlín, y en lo que a los temas económicos se refiere a su ministro de finanzas Wolfgang Schäuble, un señor del que ya hice una vez un comentario cruel pero que lo tiene muy merecido: que la silla de ruedas la necesita más en el cerebro que en las piernas. Si por desgracia algún día estalla la situación en Grecia y se producen victimas los culpables serán los tontitos de la U.E., pero sobre todo lo será Angela Merkel, que no creo que se inmute porque no serán las primeras muertes que sus locuras provocan: Ucrania, Crimea, crisis de los refugiados, acuerdo U.E.-Turquía, etc.
Alguien debería estar diseñando un monumento en Bruselas para que en Europa nadie olvide quien fue la Loca que se cargó la U.E. a lo bestia. Alguien que llegó a tener tanto poder como para obligar a sus socios a cometer estupideces, pero que no supo usar este poder para mejorar la U.E. sino para hundirla.