La caída más tonta

Vale, lo confieso: soy muy patosa. Y encima soy una bocazas. Porque maridín me había advertido mil veces al verme tropezar diciendo que el día que me cayera se iba a descojonar reír un buen rato. Y yo siempre le miraba con cierta chulería diciendo que podía tropezar con mi sombra, pero que no me caía nunca.

Toma chulería…. así que zas… en toda la boca. Bueno, en realidad en el brazo… para más inri el derecho. Iba yo toda digna saliendo de recoger mi desayuno, camino al coche para ir a trabajar. Mi maravilloso móvil nuevo lo metía en el bolso justo en el momento que me giro para mirar si viene algún coche al ir a cruzar y……

No tengo ni la más remota idea de cómo llegué al suelo. Solo se que de repente estaba tirada con mi brazo derecho aplastado bajo mi cuerpo y levantándome en menos de dos segundos mirando a mi alrededor mientras rezaba para que nadie me hubiera visto. Y no, al menos nadie me vio.

Con mi brazo dolorido me fui a trabajar y una vez en frío empezó el dolor y la inflamación. Aparte de el cachondeito al explicar el por qué de mis heridas, alguna de mis compañeras se preocupó y no hacía más que decirme que algo fallaba por su propia experiencia.

Así que por la tarde me fui a urgencias del hospital de la Seguridad Social para que me revisaran y después de cagarme acordarme de los familiares de la de las radiografías, una jovencita doctora de trauma me da la gran noticia de que no tengo nada de nada. Sólo es el golpe. Así que dos días de reposo, ibuprofeno y hielo.

Y una mierda!!!! El lunes fui a un traumatólogo de pago porque el dolor era insoportable y……… sorpresa!!! Fisura de radio en la base de la muñeca. Y algo pasó en mis tejidos blandos (digo algo porque a día de hoy nadie ha especificado qué) que me ha impedido poder girar mi brazo con normalidad. Ni tres traumas, ni un médico rehabilitador, ni dos fisios…….. menos mal que mi querida Raquel (mi ángel de la guarda que consigue destensar mi espalda) sí tenía una idea clara de qué podía pasarme y me fue guiando.

Así que me he pasado seis semanas en casa sin poder hacer casi nada. Porque eso de no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, es una verdad cómo un templo. Nunca me había dado cuenta de lo mucho que dependo de mi brazo derecho.

Pero bueno. Aquí estoy de nuevo. Con la cabeza llena de cosas que han pasado estos días y que necesito ordenar en mi cabeza para escribir y compartir. Porque os he echado muchísimo de menos!! A vosotr@s mi tribu, mi gente. Os he necesitado mucho así que manos a la obra! Gracias por esperarme!!!!

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La Reina Bruja Categoría: Cajón de sastre Etiquetas: caída, regreso