El aviso a navegantes que lanzó el martes pasado Luis de Guindos a los bancos para que se sumen a la supresión de las cláusulas suelo en las hipotecas ha empezado a tener eco en algunas entidades no afectadas directamente por la sentencia del Tribunal Supremo (BBVA, NovaGalicia y Cajamar, que las han suprimido para todos sus clientes). Se trata de CaixaBank y de las cajas rurales, que han empezado a revisar estas cláusulas a los clientes que lo soliciten, aunque se tomará la decisión caso por caso y no se suprimirán de forma generalizada. Mientras tanto,Popular y Sabadell -los grandes afectados por este asunto- han hecho oídos sordos al ministro y mantienen sus cláusulas porque consideran que son legales.
Guindos anunció en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander que ha pedido al Banco de España que "ponga especial atención en la aplicación de la sentencia del Tribunal Supremo sobre las cláusulas suelo" porque crea una jurisprudencia que es aplicable a otras entidades no afectadas directamente por esta resolución judicial. A su juicio, la opinión del Alto Tribunal debe respetarse en todas las entidades y éste ha definido en qué circunstancias deben considerarse inválidas estas disposiciones. Pero no hace falta que se den todas a la vez; basta con que el cliente no tenga un "perfecto conocimiento de la cláusula, de su trascendencia e incidencia en la ejecución del contrato, a fin de que el consumidor pueda adoptar su decisión económica después de haber sido informado cumplidamente", según una aclaración de la Sentencia dictada el 12 de junio.Según la mayoría de los expertos, esto implica que prácticamente todas las cláusulas suelo pueden considerarse inválidas. El propio Francisco González, presidente de BBVA, dijo el lunes en el mismo foro que "lo normal es que la supresión de las cláusulas suelo de las hipotecas se vaya extendiendo al resto de las entidades". González argumentó que "en el sistema financiero puede haber cláusulas igual de transparentes que las nuestras, pero no más". Por tanto, si las suyas son inválidas, las de los demás también.No obstante el aviso del ministro no implica la obligación de suprimir los suelos. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, explicó el viernes también en Santander que la próxima semana se enviará a las entidades una circular sobre el reciente fallo del Supremo contra las cláusulas suelo opacas. En ella, "vamos a pedir que analicen a la luz de esa sentencia la naturaleza de sus cláusulas suelo, que en función de ese análisisdecidan cual es la actuación más adecuada y que informen al supervisor de ello, particularmente si esa actuación tienen impacto material sobre la cuenta de resultados". Lo que no hará el Banco de España es "entrar a valorar el contenido de documentos contractuales", añadió.Estas advertencias han tenido ya respuesta en las primeras entidades. Se trata de CaixaBank y de las cajas rurales, que han puesto en marcha unos "protocolos" por los cuales van a revisar las hipotecas de los clientes que así lo soliciten. Esta política "caso por caso" se basará en un examen de las condiciones de cada cliente aunque sean las mismas para todos, con lo que evita a las entidades reconocer que han incurrido en una mala praxis generalizada. Cosa que sí ocurriría si suprimieran todos los suelos como BBVA, NovaGalicia y Cajamar. Es más, como muchos afectados no lo pedirán, el impacto en sus cuentas será mucho menor.Porque ese impacto es la principal explicación para la resistencia de la banca a suprimir los suelos. En el caso de CaixaBank puede ser relevante puesto que, aunque La Caixa no imponía suelos a sus clientes, sí lo hacían las entidades que formaron Banca Cívica (en especial Cajasol), adquirida en 2011 por la caja catalana. Según estimaciones de N+1, las hipotecas con suelo en CaixaBank alcanzan un importe de 13.000 millones de euros, el 6% de su cartera crediticia en España y el 8% de sus hipotecas. Obviamente, la exposición de las cajas rurales es muy inferior.