La Caixa seguirá siendo una caja de ahorros

La Caixa inicia un proceso de cambio profundo para poder seguir siendo una caja de ahorros. Esto es, en resumen, lo que la entidad presidida por Isidro Fainé pretende desarrollar en los próximos meses, obligada, eso sí, por los cambios regulatorios que están larvándose tanto en Europa, con Basilea III, como en España, sobre las entidades financieras para dotarlas de más solvencia.
Los dirigentes de las torres negras de la Diagonal no quieren dejar de ser una caja. Para ello van a reformular todo el complejo enramado societario del grupo que quedará definido en tres estructuras diferenciadas, un banco, un holding con las participaciones industriales y la Fundación.
No quieren dejar de ser una caja porque ese modelo de hacer banca ofrece un importante valor añadido a la sociedad a través de las actividades que se desarrollan mediante la Obra social (la fundación).
El banco, cuyo nombre está pendiente de decisión pero que podemos temporalmente denominar Caixabank, utilizará el holding Criteria y la ficha bancaria de Microbank para poder ser una sociedad bancaria cotizada desde el primer día. De esa manera el core capital que deba mantener será del 8% y no superior como es previsible que pase con las cajas que no coticen.
Las actividades actuales de Criteria quedarán desgajadas. Una parte de sus inversiones, las denominadas financieras (banca internacional, seguros, etc), colgarán de Caixabank mientras que las industriales una parte irán a parar al holding industrial que podría seguir denominándose Criteria, y otras (Repsol, Telefónica) quedarán en Caixabank. Los activos inmobiliarios irán a parar a una ueva entidad de tal manera que Caixabank nacerá sin la rémora inmobiliaria. Muy importante.
Finalmente la Fundación seguirá teniendo un perfil muy similar.
Los accionistas minoritarios de Criteria (20%) lo serán de Caixabank, mientras que el 80% restante seguirá en manos de la caja de ahorros que cobrará los dividendos tanto de Caixabank como del holding industrial y podrá seguir dotando a la Obra social. Recordar que el último ejercicio, la Fundación recibió 500 millones de euros.
Con este entramado, los “PROPIETARIOS” de la Caixa seguirán siendo los mismos. Las entidades y asociaciones podrán seguir nombrando a sus representantes en la Asamblea, el máximo órgano rector de la entidad. En resumen, todo cambia para que nada cambie. Excepto para los minoritarios de Criteria que verán cómo se revaloriza su inversión.