No conozco más mundo que un trocito de lo que hay dentro de mi....casi nada de lo que me rodea.......Mi rotunda ignorancia tiene un par de límites, como faros indefinidos entre la bruma de la realidad más extraña......no se qué son en realidad y dejo que sean mi guía.....
Uno es mi amor por lo indefenso, otro mis ansias de paz.... por esa paz blanca y sin barreras que mana de la desdentada sonrisa del anciano, por esa que se extiende sobre los brazos del niño hacia lo alto......
Esa paz ilusionada que nace de los ojos del cachorro a pesar de su estrecho encierro de hambre, esa calma profunda y limpia del que no entiende de política ni arte, pero que de alguna forma sabe que debe estar con el justo en vez de acompañar al que miente y que disfruta de la hermosura del rocío en la mañana............ y de la mansa, acompasada y segura ocultación del sol por la tarde.
Todos desconocemos muchas cosas, y con las cuatro que tenemos mal aprendidas nos hacemos una caja donde caben únicamente nuestros antojos, dejando fuera todo lo que no nos recuerde a nuestro ombligo....Y hablamos con seguridad, con ideas preconcebidas y otras concebidas más tarde, pero pocas de ellas fueron gestadas dentro de nuestro vientre, en nuestro corazón limitado e ignorante.
Dime, padre, amigo, dime madre....de qué están hechos los corazones que sienten, de qué los de los cobardes...
Ponemos etiquetas, llamamos a cada cual por su nombre, sabemos de ideologías, de geometría, de distancias, de cocina, de arte.....y hasta lo que pesan cada uno de los sillares del Castillo de Loarre, pero no sabemos sentir, nos confunde la mirada de un sin techo, pasamos página al dolor de los que no vemos y hasta de los que estamos viendo.......
¿Dónde se fue la sabiduría?
¿Acaso es de sabios ser duros como esas rocas que no erosionan nada ni nadie?¿Acaso es de sabios ser cobardes?