Revista Opinión

La caja de Pandora ya se abrió. ¿Y ahora qué?

Publicado el 07 febrero 2019 por Msnoferini

Miedo, desprecio y por último odio, estos son los sentimientos por los que en los últimos años ha ido transitando la política de este país, y con los que la irresponsable casta política que nos ha tocado en suerte ha venido jugando en su constante búsqueda de votos y en su vergonzoso intento de crear el escenario político y social más adecuado a sus intereses.

Usando principalmente Catalunya y “el Procés” como el perfecto catalizador de una estrategia de manipulación y adoctrinamiento de masas, ante una aparente situación poco menos que apocalíptica, algunos partidos políticos y medios de comunicación han abierto la caja de Pandora liberando unos imprevisibles vientos y vendavales de intolerancia, desprecio y odio, cuyas consecuencias de futuro son difíciles de prever y que a buen seguro no tendrán o no nos traerán nada de bueno.

Ya llevamos unos cuantos años en los que no se para de hablar de la radicalización de la izquierda, pero para esos medios que tanto han escrito y hablado de ello omiten decir que esa supuesta radicalización o nuevas formas de actuar de la izquierda también vendrían acompañadas de una radicalización de la derecha que, con la aparición de un nuevo sujeto político que no amaga sus ideales de ultraderecha, ha llevado a la derecha clásica, esa que aunque se las dé de auténtica garante de la libertad y la democracia hunde sus raíces en una época preconstitucional, a entonar un discurso cada vez más extremista y arcaico, y donde todo lo han reducido a una simplista dicotomía entre buenos y malos patriotas, y a la criminalización de estos últimos.

Es incomprensible que algunos alienten el odio y el desprecio hacia sus vecinos (rojos, catalanes, abertzales, okupas, los antisistema, etc.) como viene haciendo una parte del establishment ultraconservador de este país. Y es de una ruindad tremenda intentar llegar al poder de esta forma, así como el juego de acoso y derribo usando las artimañas más rastreras que han iniciado los dos partidos de la derecha hacia el partido del Gobierno, bajo el pretexto de como este se ha doblegado a los intereses y reivindicaciones de ese supuesto independentismo criminal, cuyo mayor delito no es otro que el desear decidir su futuro a través de las urnas. Por el hecho que el oportunista y poco valiente señor Sánchez –un personaje que, al igual que a su partido, no le tengo especial aprecio- simplemente acepte y abra vías de diálogo con los “endemoniados” independentistas catalanes y tenga algún exiguo gesto para buscar una cierta distensión no puede llevar a todo un jefe de la oposición a decir un rosario de barbaridades, como las que dijo en el día de ayer (“mediocre”, “incompetente”, “mentiroso compulsivo”, “okupa de la Moncloa”, “felón”, “el mayor traidor de la democracia”, “desleal”, “irresponsable”, “ególatra”, “chovinista”, “cómplice del golpe al estado”, “presidente ilegítimo”, etc.).

El domingo veremos cómo los tres adalides del nacional-catolicismo, o tal vez mejor usar el término caudillos –que a buen seguro será más de su agrado-, guiarán a sus tropas en una nueva cruzada patria donde su bandera no será su amada rojigualda sino el odio, y el enemigo a batir sus vecinas/os y hermanos/as que cometieron el grave pecado de pensar de manera diferente a ellos.

MSNoferini

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