La caja lista: Los Tudor

Magnífico final de serie


Después de cuatro grandes temporadas ha finalizado una de las series más prestigiosas de la Showtime, Los Tudor. El final de la serie no podría haber sido mejor, con una temporada sensacional, brillante, pasional…se me acabarían los adjetivos para describir las grandes sensaciones que me ha dejado esta temporada

A pesar de que esta serie ha sido muy criticada por su falta de rigor histórico, desde el principio de los Tudor nos hacen entender que no es una serie que quiera contar los hechos tal cual sucedieron, sino de otra forma mucho más cinematográfica, sin que eso lleve al sensacionalismo barato. No obstante, no nos debemos equivocar, la esencia de la historia de Enrique VIII se respeta, ya que la serie trata sobre las vivencias del mujeriego rey con sus seis mujeres, sentando las bases del anglicanismo y de la influencia de estas a los largo de todo su reinado.

En un principio, se pensó en hacer una temporada por cada esposa que tuvo el monarca inglés. Sin embargo, esta serie jamás ha sido considerado un gran éxito de la Showtime ya que nunca ha tenido grandes índices de audiencia. Además su coste es elevado debido a la gran puesta en escena entre los maravillosos decorados, batallas y sobretodo un trabajadísimo vestuario. Sin embargo, antes de cancelarla decidieron terminarla(¡Que lástima Deadwood ¡) con una cuarta temporada y el resultado no podría haber sido satisfactorio con la mejor temporada de todas.


Los Tudor, siempre ha sido una serie de actores, donde ellos han hecho que la historia cobre vida realmente. Desde Sam Neill, interpretando magistralmente al cardenal Wolseyque fue dueño absoluto de la primera temporada hasta Jeremy Northam haciendo el papel del Tomás Moro, un hombre que estuvo muy unido al rey pero cuyas devociones cristianas hizo alejarse irremediablemente de él. Pero no solo estas dos estrellas brillan en el firmamento, ya que a lo largo de las cuatro temporadas os iréis encontrando personajes históricos realmente interesantes como la famosa Ana Bolena.

 Pero el gran protagonista de esta serie no es otro que Jonathan Rhys Meyers. La caracterización que hace de Enrique VIII es simplemente soberbia. Cada temporada vemos como el famoso monarca va evolucionando a medida que sus dolores por la pierna van aumentando. Empieza siendo un hombre deportista y un gran amante para las mujeres, llegando a ser un hombre amargado y solitarioa pesar de estar continuamente rodeado en la corte. La obsesión de tener un heredero varón y su imposibilidad de tenerlo le llevó a muchas de sus mujeres a peder su amor y en ocasiones su vida también. Y si algo hemos aprendido en los Tudor, es que nunca debemos despertar la cólera de un león dormido como dijo Tomás Moro, al ser consciente del gran poder que tenía Enrique para poder cambiar el rumbo de la historia de Inglaterra.

Una historia apasionante, donde el trabajo de todos los actores brillan con luz propia. Ahora los que hemos disfrutado de esta granserie y nos sentimos un poco huérfanos, nos queda la esperanza de que los Borgia con Jeremy Irons al frente nos llene este hueco tan hondo que nos ha dejado la serie del gran Jonathan Rhys Meyers.