Revista Cultura y Ocio

La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)

Publicado el 18 marzo 2011 por Sylvietartan
Queridos amigos, bueno, bueno, bueno... Estamos a punto de llegar a 40 seguidores. Al número 40, le enviaremos un bolsito de Chanel si es chica y un bozal de Chanel, si es chico... ¡Es broma! El bozal no sería de Chanel, ¡ja, ja!
Bueno, vamos a ponernos serios. Hoy quiero recomendaros una dirección de Madrid, ubicada en la mítica calle del Pez. Adjunto GPS.
La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)Desvelemos el misterio sobre su nombre. En otro siglo, había en la zona que os señalo, una finca con un estanque en el que vivían unos cuantos peces felices. Sin embargo, como es ley de la Naturaleza,  fueron muriendo hasta que quedó uno solo. La hija del propietario de la finca, Blanca Coronel, quedó desconsolada al ver morir al último pececillo y su padre, para intentar animarla, hizo labrar en la fachada de una casa que allí estaba construyendo, un pez de piedra. Aunque aquella casa desapareció, la que se construyó en su lugar también incorporó el famoso y difunto pez que ha llegado hasta nuestros días. ¡Es una monada! Aunque yo si hubiera sido la chiquilla desconsolada, le habría pedido a mi padre que me comprara un pez de carne y espina, y no que me hiciera uno de piedra. Pero no le quitemos méritos al padre, porque al menos se preocupó de que su hijita continuara feliz.

La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)

Fotografía donada a la Humanidad, en www.madripedia.es

Con este nombre y con esta historia tan entrañables, en esta calle sólo podemos encontrarnos cosas lindas. Y os aseguro que las hay. Hoy nos dedicaremos a una dirigida especialmente a los amantes del vodka y de la ginebra, entre los que me encuentro.
ADAM & VAN EEKELEN. Con este exótico nombre que a mi, particularmente, ya me incita a beber nada más pronunciarlo, se presenta un bellísimo local con reminiscencias del Imperio Austro-Húngaro y toques coloniales, con estanterías repletas de los más selectos ejemplares de vodkas y ginebras y que ofrece, no sólo los servicios de un delicatessen de este tipo, sino de un verdadero club de bebedores. Sí, amigos míos, el paraíso en la Tierra existe y se encuentra en la calle del Pez.

La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)

Fotografía de Miguel Ovelar que podría ser un cuadro de Antonio López.

Decorado con un gusto exquisito, aquí encontrareis desde las tradicionales marcas del este de Europa hasta exuberantes botellas destiladas con las más innovadoras técnicas. Ginebras elaboradas al estilo holandés del siglo XVI y verdaderas Old Tom Gin como se hacían en Inglaterra en 1890 o las cásicas London Dry junto a las últimas en llegar de todas las partes del mundo.
Si nuestro pececito hubiera tenido esto en aquella época, ¡hoy seguiría vivo y contento!
La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)
Aquí podéis comprar exquisiteces ideales para consumo propio o para regalar, bebéroslas in situ, probar cócteles, hacer una pequeña fiesta personalizada entre amigos o apuntaros a las catas que se hacen casi todos los fines de semana, eso sí, con cita previa y con un maridaje ad hoc.
Adam, su fundador, desciende de una familia de grandes maestros destiladores del norte de Polonia -la antigua Prusia- y las fotografías que hay en blanco y negro por el local son de su bisabuelo, creador de esta tradición familiar.
Adam, con quien hablamos, te enseña a beber estos elixires. Y ahora no me digáis que nadie os tiene que enseñar, que ya sabéis vosotros solitos. Os aseguro que no, que cada uno tiene su truco. Son alcoholes tan puros que muchos necesitan "prospecto". Que luego vienen las resacas y no sabemos por qué (o eso decimos). Él nos ayuda a evitarlas y a disfrutar plenamente del placer de estas obras maestras.
La calle del Pez, un mar de sorpresas. (Parte I)
Adam, volveré y beberé, lo prometo públicamente. Has sido un encanto, ¡¡muchas gracias por todo!!
Os dejo la dirección:
Adam & Van Eekelen.
c/ del Pez, nº 36.
28004 Madrid.
E-mail: [email protected]
Teléfono: 657 110 555.
Y  ahora sí, os deseo muy feliz fin de semana y portaos todo lo mal que podáis. Yo haré lo propio.
¡Un beso fuerte!
Sylvie Tartán

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