La calle es de los franceses

Ayer leía una interesante entrevista a Jean-Luc Mélenchon, presidente del Partido de Izquierda, en Francia, sobre las manifestaciones que están habiendo en su país, en defensa de los derechos de los trabajadores. 
Comentaba que estas manifestaciones, además de ejercer una importante presión en el ejecutivo, tienen "virtudes de pedagogía política".
Leyéndole, meditaba yo, cuánto nos llevan los franceses de adelanto, con su mayor concienciación política, con su mayor sensibilidad democrática, con su hacer en las movilizaciones.
Están convencidos que la calle es del ciudadano y que cuando la confrontación se da ahí, ellos ganan la batalla.  Están convencidos de la eficacia de estas movilizaciones frente a la gobernanza de Sarkozy. Están convencidos de que no se puede gobernar por la fuerza.Están convencidos de que, más pronto o más tarde, los ciudadanos franceses ganarán la batalla.
Por todos esos convencimientos, ya llevan siete jornadas de protestas, de manifestaciones multitudinarias. 
Aquí en España, con honrosísimas excepciones, cunde el desánimo, la decepción, incluso la depresión. Hay sentimiento generalizado de que nada es evitable. De que la suerte está echada.
Sí. Reconozcamos que los franceses nos llevan muchas décadas de adelanto en relación a la lucha democrática por nuestros justos intereses. Reconozcámoslo. 
Sí. Deberíamos pensar más en ello.