Revista Cultura y Ocio

la calle esperanza

Publicado el 26 diciembre 2012 por Serlibre

Pensar la calle es sentir que nos cruza a todos, pero que también la podemos cruzar, lo cierto es que mientras pensaba en lo que pasa en la calle desde adentro de mi casa me di cuenta que no era lo mismo. De un lado es una cosa y del otro, otra. Esa tarde iba caminando baldosa por baldosa, lento pero sin detenerme, estaba comenzando a bajar el sol, y cuando el sol se va al otro lado del mundo comienzan a pasar cosas. Bah, las cosas ya vienen pasando pero los que caminamos la noche sabemos que de día quizás mucho de lo que vimos nadie lo creería.Lo cierto es que me bajé del remise que me llevaba para hacer una visita domiciliaria, atender a un pibito de unos cinco años según me habían pasado por nextel (un celular de la empresa) y me llaman diciendo – Doc doc pegue la vuelta – No tuve tiempo a responder que se acercaron dos pibes con gorrita y uno me tomó del brazo para guiarme hasta su casa. Hola,- les dije- y apagué la radio, no quería que escucharan que me decían que me pegara la vuelta. Conocía el barrio, de día y de noche y también las costumbres de la zona, pero últimamente nos estaba costando llegar. Se me cruzó la calle, se me cruzaron las órdenes de salirme del lugar y también se me cruzaron pensamientos. Seguí, me dejé llevar del brazo por uno de los pibes que en el camino me iba contando lo asustados que estaban porque el Colo hacía días que no respiraba bien. Dimos varias vueltas, no porque hubiera nada raro sino porque se trataba de un lugar de muchos edificios, girar y girar era la única manera de llegar. Nada fuera de lo común. De mí común y del común de ellos, obvio, pero supe ese mismo día que mí común y el de ellos no era el común de algunos pocos que se empeñaban en ponernos a todos en una misma bolsa. Una bolsa que cuando alargas la mirada esta llena, más llena de ellos, o de las trampas que dejan, pero ahí estamos, y algunos, castigados con el estigma de la bolsa, inventada por los que se pueden escapar porque son los dueños.Subimos un par de escaleras y al entrar estaba el Colo con el pechito que le bailaba, el asma suelta y los ojitos que me saltaban como para acercarme. Me senté, le puse el estetoscopio como para que no se me pasara alguna otra cosa y saque de mi maletín el puf o paf, ese aparatito que uno lo aprieta y salen un par de gotitas que te abren los bronquios y el aire se aclara. El Colo comenzó a respirar tranquilo y como pasa siempre en estos casos cuando mejoran terminan dormidos en cualquier lado, en éste caso sobre la mesa, la única mesa del departamento. Los otros dos pibes me miraron un poco de costado y les pedí sentarme para escribir. Mientras les hacía algunas preguntas me contaban algunas historias y yo también a ellos. El más grande que tendría unos 16 años hacía casi 2 que había logrado zafar del paco, duro,- me dijo-, casi paso de largo. – ¿Cómo?,  le pregunté -  Y me contó que en el barrio había una piba que tenía otra onda distinta a la de él y que sin medio chamuyo le batió la justa, esas fueron las palabras que usó.  Y agregó que cuando la conoció venía de largo chamuyo. Me acercó un mate mientras el otro pibe se quedó como arrinconado sin decir palabra. Miré al Colo que seguía durmiendo, dejé un par de anotaciones de cómo y cada cuanto tenían que hacerle el puf broncodilatador. El pibe, Cachín le decían, me hizo un par de preguntas, más que nada si podría ir a conseguirlo al otro día a algún centro de salud. –Claro le dije- el tema es pasar ésta noche, mañana de una te lo dan en cualquier salita. Un poco se enojó pero comprendió que no era mi culpa, no tenía para dejarle y no le quedaba otra que salir a comprar la medicación. Lo sentí preocupado y me dijo que de algún modo lo iba a resolver pero que andaba un poco guardado porque la banda de la zona no lo dejaba en paz, - me chumban, me tiran de la lengua, buscan roña, pero son mis amigos- Todo bien Cachín, -le dije- , por mí no te hagas drama, te re comprendo, zafaste de algo groso. -Se se – me respondió,  pero no es fácil, la paso yo usted anda cómoda en el autito y le garpan un toco- a mí se me complica pero no queda otra.Cuando ya todo estaba casi listo, me dijo- la época de caravana todo bien, acá la posta es que la cana no se banca vernos rescatados y más arriba menos. (lema, negocios son negocios) Y si doctora, me rescaté, y la sigo peleando, no somos muchos los que zafamos pero le digo algo posta, se puede,  pero no solos, ni ahí que podríamos solos, a mí me re bancó la madre de un amigo porque mi vieja labura todo el día para aguantar a mi viejo que chupa como esponja y nosotros siempre con lija (hambre doc hambre) hasta que caímos. –En qué cayeron- le pregunté. En eso, me dijo, la única que nos quedaba. Por suerte ahora me rescate y si aquel (refiriéndose al hermano que estaba mudo) llega a caer se pudre todo. No va a caer si vos lo ayudas, - le dije- no son tontos tus hermanos, ellos ven, te observan, confían en vos, en tus acciones. –Se, de una pero igual, yo le aviso- Che Cachín, lo del Colo está resuelto por el momento, mañana a primera hora ya sabes lo que tenés  que hacer. Antes de irme te voy a decir algo, yo no gano ni la mitad de lo que vos suponés, camino otras veredas cuando no estoy de guardia pero no es tan fácil como vos crees. Yo pienso como vos, se puede, es duro, jodido, es más, a mí ahora capaz me dejen sin trabajo por no haberles hecho caso de pegarme la vuelta. – Y por qué si yo pago- No sé pero algo habrá pasado para que me dijeran eso, tal vez no es por vos pero bueno las cosas no son fáciles para nadie. Lo importante es que vos y yo cruzamos la calle y no dejamos que nos cruce la vida, sin dudas que ni vos ni yo sabemos hasta cuando,- ¿pero vos crees que alguien lo sabe?- No, no tenemos muchas certezas pero tenemos que aprender a caminar en la cuerda floja sin dejar que nos venzan así como así. Vos estás de un lado, y yo de otro, allá donde la noche no es tan noche, pero hoy, acá, ahora estamos en la misma. Y pudimos. – Se, de una- gracias doctora, disculpe si me fui de mambo. Doctora, un favor, - Si decime-  Cuando vaya del otro lado, allá donde las casas no están tan pegadas, donde respirar es menos caro cuente todo, diga, - a quienes les voy a decir- A los que pueda, tengamos esperanza, hoy me rescato yo y después por ai se rescata otro, no digo de la birra, digo del paco paco y paco. Yo de ultima hago la moneda pero no todos tienen la suerte que tuve yo el Colo y el flaco, na, ni ahí doctora, no todos. Bajo con usted, conmigo no le van a tocar un pelo. Se sube al remise y se piran rápido. Doctora mañana empiezo en el Empa, la nocturna, esas escuelas que te acortan el trámite, no hay otra, guita no voy a ganar, si usted dice que guita no se gana yo le creo pero igual no es lo mismo ir a patear la calle y zafar por estar en otra, estudiando o pintando paredes. A la iglesia ya no voy, hay un cura de mierda que nos cobra hasta la caspa que se le cae a él. Tan locos. Vamos doc, crucemos la noche y pa lante nomás.la calle esperanza

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