Aunque la gente (normalmente de fuera de la ciudad) a menudo piensa que L'Hospitalet no tiene ni historia ni nada que se le parezca, un simple paseo por el casco antiguo del municipio enseguida hará cambiar esta demasiado extendida opinión ( ver El Tratado de Utrecht o cuando la Historia pasó por Hospitalet). Vertebrado por la estrecha calle del Xipreret, esta calle que remonta su origen a un camino romano que comunicaba con Esplugues, contiene un buen puñado de las casas más antiguas de la ciudad.
El conjunto arquitectónico de la calle Xipreret, que consta de 27 elementos patrimoniales catalogados en 125 metros -por mucho que el ayuntamiento no quiera que conformen ningún conjunto y mantenga un duro conflicto con los vecinos, ver La larvada guerra fría de los "corralons" de la calle Xipreret- guarda casas solariegas encaradas hacia el sur, como Ca n'Espanya ( ver Casa Espanya, la joya renacentista del corazón de L'Hospitalet), la Harmonia o la Casa dels Finestrals Gòtics (Casa de los Ventanales Góticos) que consolidan la calle hacia el siglo XVI. Junto a estas casas monumentales se conservan toda una serie de casas bajas que, levantadas entre los siglos XVIII-XIX (y alguna más moderna), se organizan alrededor de callejones sin salida (conocidos como " corralons") que hacen la función de patios comunales.
También se puede admirar la torre de defensa llamada La Talaia (La Atalaya), del siglo XVI, si bien en este caso su ubicación actual es fruto de un traslado realizado en 1972 de una masía que fue derribada ( ver La Talaia de L'Hospitalet, el símbolo inerte de una ciudad iconoclasta). No obstante, la calle del Xipreret, gracias a su peculiaridad singular en medio de una ciudad tan densamente poblada como es L'Hospitalet -y tal vez justo por ello-, se ha convertido en el emblemático corazón del vecindario hospitalense.