Irlanda es tierra de leyendas que nos cuentan su formación y su historia celta que ha llegado hasta hoy en día. Una de estas leyendas viene de la costa nororiental de Irlanda, a unos 3km de Bushmills, en el condado de Antrim (Irlanda del Norte). Allí podemos contemplar uno de los fenómenos naturales que más llama la atención de este país, la calzada del gigante. Dicho paraje está constituido por aproximadamente 40.000 columnas de basalto con la curiosa forma hexagonal. Y, como cualquier hecho en Irlanda, encontramos una leyenda que trata de explicar la formación de dicho paraje natural de una forma original y curiosa que ha llegado hasta nuestros días.
Cuenta la leyenda celta que una vez existieron dos gigantes; Finn MacCool, el cual habitaba en tierras irlandesas y Benandonner, un gigante escocés. Entre ellos existía una gran rivalidad aunque nunca se habían visto. Un día, Finn decidió construir una calzada (hecha a su medida) para que de una vez por todas, pudiera enfrentarse a su enemigo y demostrar quién era el más fuerte. Con este pensamiento Finn fue colocando prismas hexagonales sobre el mar hasta que consiguió unir las costas irlandesas con las escocesas. Cuando el camino estuvo listo, el gigante irlandés cruzó el mar dispuesto a desafiar a su compatriota escocés, pero en cuanto vio la enorme figura de Bernadonner, asustado, regresó a Irlanda antes de ser visto.
Pero entonces fue el gigante escocés quien aprovechó la calzada para ir a pelear contra MacCool. Éste, sin saber que hacer, pidió ayuda a su mujer, Oonagh, que, como buena mujer, hacia servir más su cerebro que su fuerza, al contrario que su marido. Así que urdió una estratagema para evitar el enfrentamiento; disfrazó a su marido de bebé y lo metió en una cuna. A la llegada de Bernadonner, Oonagh le invitó amablemente a pasar y le ofreció una taza de té mientras esperaba a su marido, que en estos momentos no se encontraba en casa, sólo le advirtió que no despertara al bebé. Cuando Bernadonner vio las inmensas proporciones del bebé, decidió escapar, pues creyó que, si ese era el bebé de su enemigo, el padre debería ser mucho mayor y más fuerte, por lo que no tendría nada que hacer si se enfrentaba al gigante irlandés
. Bernadonner corrió tanto de regreso a Escocia, pero debido a su peso las rocas se hundieron en el mar con lo que pudo conseguir, que el gigante irlandés no le persiguiera hasta Escocia, se marchó tan rápido de Irlanda que aún se conserva en sus costas uno de sus zapatos, que ha quedado petrificado. Por dicha razón, de la calzada, solo se conservan el principio y el final de la misma.Pero como cualquier leyenda, esta formación tiene su explicación más lógica. Este paisaje es debido a un proceso geológico. Dichas formaciones se deben al resultado del enfriamiento rápido de la lava de un cráter (esta acción tuvo lugar hace aproximadamente 60 millones de años).
El proceso consiste en que cuando la erupción de un volcán cesa, la lava que ha salido, puede enfriarse en el momento rápidamente. Este enfriamiento provoca la creación de estas rocas basálticas, que no son más que rocas cristalinas que gracias al efecto del viento han acabado teniendo esta forma tan peculiar.
Dicho fenómeno natural fue descubierto en 1963 y en 1987 fue declarada Reserva Natural Nacional. Os guste más la leyenda o queráis ser más realistas y preferís la explicación científica, es un punto turístico más que añadir en vuestro próximo viaje a Irlanda e una visita imprescindible si os encontraos por la zona de Irlanda del Norte.