
Seguimos. Al cabo de poco rato entramos en la calzada romana, una variante del Camino de Santiago. Esta vía era una de las principales vías que atravesaban los Pirineos y conectaba Zaragoza (Caesaraugusta) con la ciudadela de Beneharnum, en el Bearn francés. En los tramos más estrechos, los romanos tuvieron que levantar grandes muros para poder conservar la anchura característica de la calzada. Aún hoy podemos ver algún vestigio de estos muros.


