Sylvia Plath nació en Boston en 1932. Fue conocida como poetisa, aunque también escribió en prosa. En 1982 le fue concedido el Premio Pulitzer de manera póstuma, ya que se había suicidado en 1963, a los 31 años de edad.
La muerte de su padre, cuando ella tenía 8 años, la marcó profundamente, y en su primer año de Universidad tuvo un primer intento de suicidio.
La campana de cristal, novela semi-autobiográfica que publicó con un seudónimo, narra ese año de su vida en el que intentó suicidarse y su paso por varias instituciones psiquiatras, hasta la aparente recuperación que le permitió llevar una vida más o menos normal hasta su prematura muerte.
Lo que más me ha impresionado de la novela es la forma tan desgarrada como sencilla, incluso irónica a veces, de contar un periodo de su vida en el que era consciente de estar descendiendo a los infiernos con todo lujo de detalles respecto a sus pensamientos, sus sentimientos, viendo con absoluta claridad lo que le ocurría y sintiéndose impotente para ponerle remedio.
En su relato, en primera persona, nos encontramos con un a muchacha inocente, que acepta su destino con resignación, que se abandona y juega con la idea de la muerte como una liberación, que intenta en varias ocasiones acabar con su vida sin lograrlo: "el ser humano tiene recursos de supervivencia que actúan incluso en contra de su voluntad", reflexiona.
Hay que estar en una disposición especial para leer este libro, pero merece la pena.