Cada campaña electoral suelo hacer un “estupidiario” de campaña. Una recopilación de los errores de campaña más divertidos y más evidentes. Pero esta campaña ha empezado muy fea.
La violencia de baja intensidad de su inicio queda oscurecida con otro tipo de campañas que se están dando.
La alegría de esta campaña era que Plataforma per Catalunya, partido xenófobo, quedará barrido electoralmente en Catalunya. Creíamos que la hidra del racismo y la xenofobia quedaba, al menos temporalmente, derrotada.
Pero no es así. El racismo y la xenofobia existen en nuestra sociedad y aunque Plataforma per Catalunya será una pesadilla de la que nos despertaremos este 24 de mayo, aún hay quien quiere recaudar votos a costa de sembrar el odio y el miedo al otro.
Xavier García Albiol no necesita que Plataforma per Catalunya haga xenofobia o utilice el miedo al inmigrante para conseguir votos. Ya lo hace él.
Su campaña electoral y su precampaña está plagada de mensajes de este tipo. Su web de campaña es su página de Facebook y revisando los mensajes y las pancartas que está utilizando podemos ver una recopilación clara de mensajes xenofóbicos.
En un debate en twitter con Jordi Évole intentó hacernos creer que el lema “Limpiando Badalona” no se refería a la inmigración.
@jordievole Jordi, esta campaña no tiene nada que ver. Sabes que no tengo manías si fuera lo contrario. La cosas como son. Saludos.
— Xavier García Albiol (@AlbiolAlcalde_) May 10, 2015
Pero no cuela, no es la primera referencia velada o no tan velada a la inmigración. Aquí os dejo unas cuantas perlas de campaña y precampaña.
Está claro que Albiol utiliza un enfoque negativo de la inmigración como un “issue” y un marco comunicativo de campaña.
Los inmigrantes traen paro, los inmigrantes tienen otra religión, los nacionalistas catalanes y los musulmanes (todos potenciales terroristas islamistas) son amigos, y la inmigración trae terrorismo.
En definitiva juego sucio, intentando azuzar el miedo al otro, la confrontación entre ciudadanos que están tensionados por la competencia en un mercado laboral que genera desempleo y por unos servicios menguantes.
Ante ese miedo Albiol se dibuja como el paladín de los españoles (los de verdad, que son cristianos, hablan en español y no tienen tonos de piel demasiado oscuro) residentes en Badalona.
Lepenismo en su más pura encarnación.
¿Porqué nos íbamos a alegrar de la desaparición de Plataforma per Catalunya cuando la segunda ciudad de Catalunya podría volver a ser gobernada por alguien aún peor que ellos?