Título: La canción de NoraAutor: Erika LustEditorial: EspasaPrimera edición: Febrero de 2.013
SinopsisNora tiene 24 años, muy poco pasado, mucho arrojo, más sentido del humor y , sobre todo, unas ganas infinitas de disfrutar de todo lo que la vida le pone por delante. Estudiante de cine en la Barcelona más cool, será el objeto de deseo de dos hombres muy diferentes: Xavier, un sofisticado aprendiz de triunfador, y el misterioso y sensual Matías.
AutorErika Lust nació en Estocolmo (Suecia) en 1.977, país en el que se licenció en Ciencias Políticas, especializándose en Feminismo (Universidad de Lund). Desde el año 2.000 reside en Barcelona.Erika Lust es co-fundadora de Lust Films, productora audiovisual y escritora. En 2.004 produjo y dirigió The good girl, una breve historia explícita que tuvo una excelente acogida a nivel internacional, y que luego pasó a formar parte de su primer largometraje Cinco historias para ellas, estrenado en abril de 2.007. En 2.008 dirigió la película experimental erótica Barcelona Sex Project, en 2.009 rodó el corto Las esposas y en 2010 estrenó su tercer filme: Live love Lust.A finales de 2011 se estrenó su última película Cabaret Desire.Además Erika Lust es la autora de los libros Porno para mujeres, Por qué las suecas son un mito erótico, La biblia erótica de Europa y Love me like you hate me.
ArgumentoNora, una sueca de 24 años, llega a Barcelona el último día de 1.999 para cumplir sus sueños: ser directora de cine.Comparte piso con Carlota, la ex de su hermano Nikolas, y durante una fiesta conoce a los dos hombres que marcarán su vida en esa ciudad: Xavier, hijo de un empresario multimillonario, que siempre va un paso por delante de ella; y Matías, un argentino que siempre va un paso por detrás.
- Nora, que era una mujer práctica ante todo —«los suecos lo llevamos en los genes, y yo lo soy al cincuenta por ciento», decía a modo de disculpa cuando la acusaban de ser demasiado pragmática—, no se lo pensó un momento cuando encontró un vuelo «casi gratis» el día de fin de año de 1999. Le pareció incluso una buena señal, un mensaje de que ese era el momento en el que debía dejar Estocolmo y empezar una nueva vida en Barcelona, el lugar «donde iba a dejar de estudiar cine para empezar a hacer cine», como les dijo a sus odiados compañeros de clase.
- Sus opiniones, contrarias a las de la mayoría, la convirtieron, poco a poco, en un elemento subversivo dentro de su propia escuela. Sus compañeros la llamaban a escondidas —en el mejor de los casos, otros lo hacían directamente a la cara— «Steven Spielberg», «Julia Roberts» y cosas por el estilo. La llegaron a acusar de tener «un espíritu comercial» («¡Lo dicen así, como si eso fuera algo malo! ¿No es que la gente vea sus películas lo que quiere cualquier director?», contaba una Nora furiosa a quien quisiera oírla).
- Nora se volvió a poner tensa, esta vez todavía más. —Claro, estás empezando, solo que no tienes que poner copas para vivir, tienes un ático en Pedralbes, dos masajistas, un Porsche y, a ver si lo adivino, entrenador personar de tenis. Igual que yo. Lo mismito. ¿Te gusta vacilar a las camareras del dinero que tienes? Felicidades, a mí no me impresionas. Las cosas materiales caras no me impresionan. Ni los coches, ni las casas, ni las joyas. —Menudo discursito. Entendido, el dinero no te impresiona. ¿Qué te impresiona a ti, entonces? —El talento. La gente capaz de hacer las cosas en las que cree, de luchar por ellas, de conseguir lo que quiere por sí misma. Claro que me gustan algunas cosas materiales. Me gustan las flores, y el chocolate, y los gatitos pequeños para abrazar, aunque después se hagan grandes y lo dejen todo lleno de pelos. Esas cosas sí me gustan, los pequeños detalles...
Opinión personalMe da un poco de pena que mi primera colaboración con la editorial haya salido así de mal, pero no puedo ir contra mis principios y decir A cuando quiero decir B. Además, es mala suerte que todos los libros que hay reseñados aquí sean recomendados y éste tenga la peor puntuación. Pero he de ser honesta con vosotros y, principalmente, conmigo.Cuando hace exactamente un mes abrí el paquete que me trajo el mensajero con los dos libros que me enviaba la editorial Espasa, me quedé un poco desilusionada. He leído mucha literatura erótica (como dijo alguien el otro día en su blog, discupadme pero no recuerdo exactamente quién, yo también "he leído mucha literatura erótica, pero de la de verdad"), como, por poner solamente un par de ejemplos, a Henry Miller y a Anaïs Nin (pero también Las edades de Lulú, El amante de Lady Chatterley, El amante, Los cuadernos de don Rigoberto, por mencionar títulos concretos), y ahora estaba negándome a leer la que se hace, pero no porque sea buena o mala, simplemente porque soy contraria a las modas, como me pasó cuando "se llevaban" los vampiros o después los nefilim.
Pero si además de encontrármela hasta en la sopa y, en algunas ocasiones, en la sección de charcutería, le ponen la etiquetita de soft porno o porno para mamás, a mí ya me llevan los demonios tres veces. Odio los encorsetamientos, pero si encima hacen un género para mujeres y que tienen que ser madres, mal van conmigo.
Aunque lo que llevo peor es que parece que la señora James ha inventado el género. ¿Me río o me pongo a llorar? Safo escribió en el siglo VI a.C. y D.H. Lawrence en el siglo XIX. ¿Quiere arrogarse los méritos? Pues me parece que ya los ostentan otros antes que ella y con libros que han pasado a la historia de la literatura universal.No sé muy bien que contaros sobre esta novela, porque es la primera vez que reseño un libro de este tipo, y he de decir que de literatura tiene poco, que sirve para pasar un rato entretenido (si eres de risa fácil, como es mi caso) y poco más.Porque eso sí: reírme me he reído bastante, sobre todo con algunas de las contestaciones de Nora y con sus monólogos interiores, porque aunque es sueca, tiene ascendencia española, y una gran tendencia a la exageración.Calificarla de erótica, pues no lo sé, porque para gustos se han hecho los colores: para mi es la historia de una chica que persigue un sueño y que lucha por conseguirlo. Tiene algunas escenas de sexo explícito, con un lenguaje que podríamos considerar bastante chabacano, pero que, bajo mi punto de vista, es el único que queda bien con esas escenas (porque no me imagino yo a nadie, en pleno calentón, utilizando las palabras "pene", "vagina" o nada similar). Pero ese lenguaje contrasta mucho con el que utiliza Nora en todas las demás escenas (únicamente se menciona que suelta una retahíla de tacos en sueco, pero no aparecen escritos, y aunque apareciesen, ese idioma no lo tengo todavía dominado del todo).
Ambientada en Barcelona, en un período de tiempo indeterminado (éste es uno de los mayores fallos del libro, porque pega unos saltos de un año, año y medio, y no sabemos muy bien en qué momento de la historia estamos), la novela está estructurada en ocho capítulos, con su correspondiente título.Escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente selectivo (de la que conocemos todos sus pensamientos es solamente de la protagonista), siguiendo un orden cronológico lineal con muchos flashbacks (donde nos cuenta todo lo que nos hemos perdido en esos años que se esfuman), el estilo es bastante simple (y se nota muchísimo la diferencia cuando está hablando de cine, un género que domina, a cuando nos narra una escena que no tiene nada que ver con el séptimo arte). Además, me molesta, mucho, muchísimo, la utilización de palabras en otros idiomas, sin su correspondiente traducción, cuando se puede utilizar una palabra en castellano, que es un idioma muy rico y que nos lo estamos cargando con anglicismos, germanismos y otros ismos que no nos llevan a ningún sitio.La trama es muy simple y el ritmo es fluido, a pesar del predominio de la narración sobre los diálogos, pero en ningún momento ha conseguido engancharme y la he ido leyendo a ratitos, hasta que ayer dije: de hoy no pasa y no te pones con otra novela hasta que no acabes ésta.Los personajes, excepto el de Nora, apenas esbozados. Con la protagonista no he podido empatizar en ningún momento, no sé muy bien si por la diferencia generacional (aunque eso en otras ocasiones no me ha sucedido) o porque no he entendido muchos de sus comportamientos (por ejemplo, no puede ir de "yo lo he visto todo en cuestiones de sexo" y escandalizarse en la página siguiente de algunas escenas que presencia); además, sus crisis de llanto, sus inseguridades en el terreno sentimental y sus cambios constantes de opinión (es una ciclotímica total), me han hartado sobremanera.
Y luego hay un pasaje, que las que lo leáis imagino que comentaréis, que si a mí un tío (y lo digo tal cual, porque en el momento que suelta semejante perla por su boca ha dejado de ser un hombre), me dice eso, en ese mismo momento se convierte en eunuco.
Supongo que, para crear a Nora, la autora se ha inspirado en sus propias vivencias, porque ella también es sueca y reside en Barcelona desde la misma fecha que su personaje; además, comparte con ella que es directora de cine, como ya he mencionado en la biografía.Los dos protagonistas masculinos, Xavier y Matías, apenas dibujados, aunque lo suficiente para que nos hagamos una idea de sus personalides: Xavier representa la protección; Matías, la pasión.Los escenarios y ambientes bien logrados, sobre todo los espacios interiores, aunque eso sí, todo a la última. ¿Por qué todos son riquísimos y viven en pisos cuyos cuartos de baños son tres veces más grandes que mi piso?.El desenlace es lo que más me ha gustado, porque no lo esperaba, y es por lo que se ha salvado un poquito el libro. No es que sea para tirar cohetes, pero por lo menos Nora ha sido consecuente en algún momento.Y me pregunto yo, pero no únicamente en este caso, también cuando leo romántica me sucede lo mismo, por eso soy más de chick-lit: si la mayoría de los hombres y mujeres que habitamos este mundo somos normales en todos los sentidos, ¿por qué en la novela todos son guapísimos y multimillonarios? ¿Por qué a nadie se le ocurre poner a gente corriente?. Imagino que los demás también tenemos derecho a vivir, ¿no?.Ahora pasamos al tema más espinoso: ya he dicho que llevo bastante mal lo del porno para mamás, aunque yo no lo sea, pero me incluyo en el lote. ¿Realmente leyendo novelas de este género mejora la vida sexual de las parejas?. Pues sí que debe ser monótona y aburrida si necesitamos consumir este tipo de literatura para hacerlo.Resumiendo: no he leído las dichosas "sombras", ni pienso hacerlo; esta novela se lee en un momento, porque apenas tiene 300 páginas y tiene algunos golpes muy buenos, que provocan carcajadas. No me atrevo a recomendártela, porque he pasado un rato entretenido pero no va a ser la novela de mi vida (aunque eso ya lo tenía bastante claro desde el principio).
Pero lo que hay aquí escrito es solamente mi opinión, subjetiva como casi todas. Posiblemente a otras os encante y lo disfrutéis más que yo.
Gracias a Espasa por haberme facilitado el ejemplar.
Valoración: 7
Leído el 05 de Marzo de 2.013