A veces los libros llegan de la forma más imprevisible y otras tardan tanto en llegar que al final terminan cogiendo polvo en la estantería. Y eso es lo que le paso a La canción de Nora, llegó como mes y medio después de que me confirmaran que mi iba a llegar y después de haberse perdido por el camino en al menos una ocasión, y digo en al menos, porque al final llegaron dos ejemplares en diferencia de pocos días, pero desconozco cuantas veces tuvo que mandarlo la editorial. Si recuerdo que lo tuve que reclamar en tres ocasiones y que al final llegó por mensajería y correo ordinario.
Una vez en casa, mis compromisos se habían multiplicado de tal manera, que dejé la novela para mejor ocasión, total ya había sido desplazada en las librerías por novelas más recientes, me acababa de llevar algún chasco con el género y no quería que eso pudiera influir en mi lectura. Pero lo que preveía fuera un mes o dos se ha convertido en un año.
Y ahora voy a confesarme, porque si la novela ha salido de la estantería es porque ha sido el libro que he regalado en la iniciativa del Sant Jordi bloguero, al principio tenía cargo de conciencia, porque no sabía muy bien que estaba ofreciendo, así que decidí matar dos pájaros de un tiro, aprovechar la lectura para el reto 12 meses, 12 libros y de paso ver si la elección era la acertada o en caso contrario cambiar el libro a última hora, aunque seguro que Kayena se hubiera acordado de mí durante mucho tiempo.
Adelanto que el libro me gustó tanto que fue el que finalmente envié, que todavía no entiendo, como he podido tenerlo tanto tiempo en la estantería siendo un género que me gusta, que disfruto y que justamente este es de los que vale la pena, nada que ver con lo que nos están vendiendo como porno para mamás...
La autor@:
Erika Lust, nació en Estocolmo en 1977, es una de las directoras más destacadas del nuevo géneroadulto de cine "porno para mujeres". Desde el año 2000 reside en Barcelona, donde fundó la productora Lust Films, en la que desempeña su labor como guionista y directora.
Ha dirigido cuatro largometrajes premiados internacionalmente: Cinco historias para ellas (2007), Barcelona Sex Project (2008), Life Love Lust (2010) y Cabaret Desire (2012). También ha dirigido los aclamados largometrajes Las esposas (2009) y Room 33 (2010), que abordan de una manera original el fetichismo y BDSM.
Además, es autora de cuatro ensayos publicados en varios idiomas, Deséame como si me odiaras y Por qué las suecas son un mito erótico.
Argumento:
Nora tiene veinticuatro años, mucho carácter y arrojo, más sentido del humor, y sobre todo, unas ganas infinitas de disfrutar de lo que la vida le pone por delante.
Durante los inicios de su carrera en el cine en la Barcelona más cool, se debatirá entre dos hombres muy diferentes: Xavier, un joven productor ambicioso y sofisticado, y Matías, un creativo apasionado, atractivo y misterioso.
Con Erika Lust, reconocida y galardonada directora de cine "porno para mujeres", por fin llega una auténtica profesional a la narrativa erótica contemporánea.
Mis impresiones:
Desde el minuto cero esta novela me atrapó, me enredó en sus líneas, en la vida de Nora, una sueca con genes alicantinos, de Benidorm para más señas, que con su melena de fuego y su cuerpo resultón que no escuálido combina lo mejor de ambas culturas, la española y la nórdica. Y parte de la culpa de ese enredo en sus líneas la tiene el comienzo, muy relacionado con la industria del cine y de la televisión que me transportó a mis años universitarios, cuando mi profesor explicaba extasiado los fundidos en negro.
Precisamente así comienza esta novela, con un fundido en negro que da paso a un sueño erótico placentero, que no termina de igual forma, porque es conocido que una despierta de los sueños en el momento menos oportuno y con la sensación de haberse perdido lo mejor. Se nota que la autora proviene del mundo del cine, este está muy presente en toda la narración, tanto con tecnicismos y planos que son fácil de aprehender, como por ser la profesión de la protagonista, Nora, que lucha por rodar y montar su propia película.
Al mismo tiempo me he preguntado en muchos momentos de la lectura cuanto hay de la autora en Nora, en esta muchacha de veintipocos años que desemboca en Barcelona dispuesta a comerse el mundo, bueno primero la noche, después a medias el día, y al final luchar por un sueño que casi le cuesta la salud, la cordura y la libido.
Nora es una chica de su edad, abierta de miras, que vive una sexualidad desinhibida y placentera, yo no diría que una ninfómana, pero si con dependencia del sexo, tanto que en ocasiones no mide bien las consecuencias de sus actos. Sin embargo, y a pesar de los muchos tópicos que encierra esta historia, es mucho más creíble que muchas de las que se han publicado desde el boom. Simplemente porque nos encontramos con personajes de carne y hueso, que pueden ser nuestros vecinos, amigos o un simple conocido. Que tienen dinero gracias a algún pelotazo, pero también están los que andan a la caza de un sueldo para poder mantenerse, la que mira la cartilla para racionar a final de mes la comida. Y aunque también es verdad que la suerte sonríe a nuestra protagonista no lo es menos que no consigue todo lo que desea, que le toca hacer muchas concesiones tanto en el terreno sentimental, como en el laboral, y como no en el sexual, en el que tiene las ideas más que claras.
Y hablaba de los tópicos, porque parece que últimamente sea muy chic presumir de amigo gay, y amiga pendón... perdonad las expresiones, pero me ha dado la sensación que era algo muy importante que el mejor amigo de Nora fuera un sueco, buenorro y gay, y que sus mejores apoyos en los malos tiempos fueran una pareja de lesbianas, y que precisamente su relación con su mejor amiga se enfriara como un tempano de hielo por no ser capaz de dejarse llevar en una relación lésbica, y precisamente esa amiga encarna al pendón verbenero que se tira a cualquier chulo de barra, con una cartilla de baile de doscientas páginas y una desfachatez que roza el insulto en ocasiones.
Todo ello claro dicho con el mejor de los sentidos de humor, del que hace gala nuestra autora como bandera al viento, que logra sacarte alguna sonrisa en el momento menos esperado y ver situaciones que te pueden resultar ligeramente conocidas por haberlas visto de refilón en cualquier discoteca o antro nocturno donde suelen perderse en su pasión por vivir la vida a tope.
Y esto no sería una novela erótica si no fuera por la presencia de un elenco masculino, muy gallito. Yo diría que dos gallos completamente antagonistas que se disputan a la gallina de nuestro corral, uno con más fortuna que el otro y el otro con más disfrute que el uno. Nora es una mujer práctica divida entre dos hombres, uno que la colma de atenciones y lujos, Xavier y otro que siempre termina metiendo la pata y haciéndola sentir mal, pero con quién el sexo es para tirar castillos de colores, Matías.
Nora es consciente de que con Matías la relación está abocada al fracaso y que con Xavier no va a a ser completamente feliz, pero mientras pone orden en su vida se dejará querer por ambos y asistiremos a esa parte de su vida que es un auténtico disparate incluso para ella misma, en la que ni se entiende ni es capaz de entenderse. Y todo ello lo compartirá con el lector, buscando su complicidad, haciéndose un rato la inocente y otro una caza hombres. Sabe lo que quiere, cuando lo quiere, y cómo y en ningún momento se plantea que pasara después.
Descubrir a Nora, su evolución, su subida a la cima y su vuelta a la realidad y a la toma de decisiones que no siempre le reportaran placer ha sido una gozada, volver a meterme dentro de la industria del cine, de los rodajes, de los planos, actores... me ha vuelto unos cuantos años atrás, a un tiempo en el que yo no me parecía en nada a Nora, pero fui capaz de meterme en sus zapatos de empatizar con ella, me sorprendí dándole consejos, limpiando sus lágrimas, reconveniéndole la resaca que podía dar al traste con su entrevista de trabajo.
La autora usa un estilo directo, ágil, sin florituras, llamando a las cosas por su nombre, intentando no caer en lo obsceno, compagina el dialogo con la narración. La tercera persona con un narrador omnisciente, con la primera de los diálogos, el imperativo, con la súplica, sin embargo abusa de los anglicismos, normalmente en boca de Xavier que lo ridiculizan, también en la de Nora, Henrik, su amigo gay, pero al ser extranjeros son más comprensibles.
Normalmente suelo hablar de los personajes, pero en este caso, vale la pena ir descubriéndolos poco a poco y a la par que Nora, de esa manera podremos conocerlos a través de los ojos de la spanishnordica, al tiempo que los veremos crecer, desarrollarse, interactuar entre ellos.
Conclusión:
Si gustas de la novela erótica te vas a encontrar con algo distinto a lo que nos había acostumbrado el mercado editorial desde el boom del señor Grey, no es una novela noña, pero tampoco obscena, llama a las cosas por su nombre y seguro que algunos de los sueños de Nora te son familiares, o bien los has tenido alguna vez, o bien te los ha contado alguna amiga entre confidencias, con ello me refiero a que no se escapan de lo común, que no son raros, que no comulgan con el bondage, ni el sado, solo busca el disfrute del cuerpo, que le tiemblen las piernas.
El tiempo que lo he tenido entre manos me he preguntado miles de veces porque no lo rescaté antes del sueño de los justos, me alegro de haber elegido esta novela para regalar en Sant Jordi, creo que ha ido a parar a buenas manos, no puedo estar segura al cien por cien, pero creo que la disfrutará tanto como yo, que le cogerá cariño a Nora, incluso puede que la adopte como a una amiga alocada que necesita de vez en cuando que le pongan los pies en la tierra, y cuando echa raíces que le hagan volar la imaginación.
PD: me da la sensación de que me ha salido una reseña un tanto gamberra, puede que la culpa del tono empleado la tenga el libro que tengo entre manos, que me está haciendo reír mucho, más de lo que esperaba y que usa un lenguaje desenfadado, para tratar temas que nada tienen que ver con esta novela y que sin embargo no están tan alejados.