"La candidata", de Elena Moya: una aguda reflexión sobre la mujer en la esfera pública

Título: La candidata
Autora: Elena Moya
Editorial: Suma de Letras
Género: novela, histórica de asunto contemporáneo
Páginas: 512
Publicación: septiembre 2015
ISBN: 9788483658147

  En la soledad de su despacho, la candidata a la presidencia Isabel San Martín ultima los preparativos dos días antes de las elecciones generales. Su labor como ministra de Economía y algunas de las iniciativas que ha llevado a cabo durante el desempeño de su cargo le han dado credibilidad y se postula como la favorita en las encuestas. Sobre la mesa, un volumen encuadernado en piel de las memorias de Victoria Kent, una de las mujeres que cambió el mapa político de España y una de sus principales fuentes de inspiración. Como la malagueña, Isabel quiere ganar para ayudar a la ciudadanía, a las mujeres. Sin embargo, deberá hacer frente a múltiples problemas -entre ellos una misteriosa caída de la deuda pública que puede llevar a España a un rescate económico- cuarenta y ocho horas antes del recuento de votos. ¿Realmente el país está preparado para tener una mujer al frente de su gobierno?
Isabel comprenderá que son muchos los intereses creados, que sus enemigos no se lo van a poner fácil y además tendrá que lidiar con una crisis personal: su marido, Pablo, la ha dejado después de veinte años y se lo ha dicho por teléfono en el que será un fin de semana crucial para ella y para todo el país.
¿Qué hacer cuando tu vida personal se desmorona? En situaciones de máxima tensión, ¿qué es más importante: el poder, los principios, la familia o el amor?Después del éxito de Los olivos de Belchite y La maestra republicana, Elena Moya regresa al panorama literario con una historia arrebatadora sobre el papel de la mujer en las esferas de poder, las dificultades a las que se enfrenta, la renuncia, el sacrificio y juega a desgranar el verdadero significado de la ambición y el poder. Una obra visionaria que nos adentra en el mundo del poder y las finanzas, y que reconstruye la personalidad atrayente de Victoria Kent, una de las grandes damas de la política española, todavía incomprendida e injustamente ignorada. Una novela excepcional cuya lectura se hace necesaria hoy más que nunca.

   Me encantó La maestra republicana, así que cuando Libros que hay que leer, Momentos de Silencio Compartido y Adivina quién lee nos propusieron participar en el sorteo y la lectura conjunta de lo nuevo de Elena Moya, ni me lo pensé. Tuve la suerte de ser una de las afortunadas que ganó uno de los ejemplares en juego y pude, así, disfrutar de esta maravilla que me ha demostrado que, para mí, Elena Moya es un valor seguro.   Me ha encantado conocer a Isabel San Martín, esa mujer que ha osado entrar en un mundo de hombres. Y no solo entrar, sino atreverse a ponerse a la cabeza de un país, de optar a la Presidencia del Gobierno, un puesto tradicionalmente ocupado por hombres y para el que aún está por ver que la sociedad aceptara a una mujer. Este es el tema central de la novela: la mujer en el espacio público, la reflexión sobre la mujer y la política, la economía o la empresa, sobre todo en sus puestos más altos. Moya es incisiva con la realidad y no se muerde la lengua a la hora de denunciar, o de mostrar o de reflejar una realidad que yo no sé si es exactamente a la que presenta del libro pero que, desde luego, forzosamente se le ha de parecer mucho, a juzgar por lo que vemos y percibimos desde fuera.   Con una ideología claramente feminista y liberal, Moya ahonda en la desigualdad que aún sufrimos las mujeres respecto a los hombres. Son muchas las reflexiones inteligentes e incisivas que he encontrado en la novela y que comparto con ella. Me ha encantado encontrarme con esta Isabel San Martín que es ministra de Economía y quiere ser presidenta; que es esposa y amiga; que es inteligente y cuida su aspecto físico (aunque, en muchas ocasiones, sea por pura imposición social, como queda reflejado en el mismo texto); que es sincera y honesta; que tiene unos ideales y un principios que ojalá fueran la norma y no la excepción y que (creo) debería ser un ejemplo para muchas de nosotras. Y para muchos de ellos.    Hablo de ideología y de principios e ideales porque la política es otro de los temas fundamentales de la novela. Esta parte de la trama, que constituye una línea fundamental de la intriga, aunque, al final, como en la vida misma y en las buenas novelas, todo tiene que ver con todo, todo está ligado e imbricado a la perfección. Moya nos presenta un fresco de la historia más actual, de nuestra propia historia reciente. La crisis, los rescates bancarios, las especulaciones financieras, el poder de algunos países emergentes, los problemas por los que ha pasado la economía española... son algunos de los temas contemporáneos que se analizan en esta obra. De ahí que la considere como una novela histórica de asunto contemporáneo, porque está empapada de los acontecimientos que han ocurrido en los últimos años y, además, busca darles sentido, reflexionar sobre ellos y dejar constancia para el futuro.   El tercer pilar sobre el que se asienta la trama de esta novela es la esfera privada. Moya nos habla de la Isabel familiar, de los problemas que está atravesando en su matrimonio, de su relación con sus trabajadores y con sus amigos, de la dimensión que muchos políticos ocultan. También nos habla, por supuesto, de la parte visible de esa esfera privada y de la que es necesario mantener a resguardo de las críticas, la malicia y los prejuicios de la sociedad. En este sentido, me ha encantado, una vez más, la reflexión sobre el diferente rasero con el que el común de la sociedad valora a hombres y a mujeres, también respecto a los jirones de vida personal que se dejan ver a través de su vida pública.   Finalmente, como ya ocurrió en La maestra republicana, Moya pone el contrapunto histórico a su historia actual, en este caso, a través de la figura de Victoria Kent. Esta vez no se trata de una segunda línea argumental que se vaya trenzando con la principal, sino que son meras pinceladas de la biografía de Kent, libro de cabecera para Isabel. Me gusta que Isabel utilice a Kent como modelo pero que también sea crítica con algunas de sus decisiones. Y, sobre todo, me encanta el intento de rescatar del olvido a las primeras diputadas españolas (Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken) y de poner en valor sus obras y la enorme contribución que hicieron en su época.     En definitiva, he vuelto a leer un libro que me convence con sus reflexiones, que añade una trama de intriga que suma ritmo a la obra y que no enmaraña la carga crítica y reflexiva de la trama, escrito con buen pulso y con un estilo claro pero trabajado y que aboga por la igualdad de mujeres y hombres, también en la esfera pública.     Nos seguimos leyendo.
Agradezco a la editorial el envío de este ejemplar y a Libros que hay que leer, Adivina quién lee y Momentos de Silencio Compartido, la lectura conjunta y el sorteo en el que gané este ejemplar.