Corren rumores que Jordi Martí, portavoz del grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Barcelona quiere mover la sociovergencia y construir un acuerdo de gobierno con el alcalde Trias. La excusa es que en una situación de crisis y con la debilidad actual del gobierno de CiU en el ayuntamiento se requiere un gobierno fuerte y que busque amplios consensos.
Suena muy bien, el PSC actúa de partido de alta responsabilidad y entra (o forma un acuerdo de gobierno estable) en el gobierno municipal dando la estabilidad al municipio. Claro.. si no fuera porqué el relato que se construye destrás de esta idea hace aguas.
Estamos en crisis, sí, pero los acuerdos de gobierno en municipios poco pueden hacer para afrontarla, el problema tiene un alcance que tal vez necesitara un acuerdo a nivel estatal o a nivel europeo, pero poco tiene que ver la situación de crisis para justificar un “gobierno de unidad nacional” a nivel de Barcelona. Por otro lado, es verdad que hay acuerdos entre CiU y PSC en numerosas localidades, pero Barcelona no es un ayuntamiento cualquiera. Tanto el nivel de presupuesto (en sus buenos tiempos unos 2.000M€ anuales) como la capacidad de acción política marca que las políticas diferentes que puedes hacer con modelos de ciudad diferentes. Decidir tener o no áreas verdes, priorizar o no en guarderías, cobrar o no un tipo de IBI más alto, hacer que la presencia de la policía esté más centrada en los barrios que bajo tierra, aplicar políticas de movilidad que desincentiven el uso del coche o no aplicarlas, todo esto marca un modelo de acción política distinta, y la capacidad de maniobra de Barcelona es lo suficientemente grande para que se noten las diferencias. Madrid es bastante distinta en numerosas políticas que Barcelona, y eso se nota.
Por tanto, Barcelona carece por un lado de la capacidad de combatir la “emergencia nacional” que justificaría un pacto de gobierno entre los dos principales partidos, y por otro lado tiene el suficiente tamaño para que formas de entender la ciudad distinta den resultados de gobierno distinto.
Si algo tiene la democracia es la competencia entre proyectos y la posibilidad de la alternancia, un pacto de emergencia nacional solo tiene una justificación en base a algo muy grave y que el gobierno pueda afrontar. No se dan las circunstancias.
Otra cosa es que algunos en el grupo municipal pueda que hayan olvidado cuales son las diferencias entre el modelo que hemos trabajado en Barcelona durante décadas los socialistas, y la ausencia de modelo y defensa del lobbye del coche que hace un alcalde que un día se deslumbra por Nueva York y al día siguiente aplica políticas “a lo Gallardón”.
La sociovergencia es el sueño erótico de los editorialistas de La Vanguardia y de algunos dirigentes económicos de la ciudad, que saben que eso significa gobiernos dirigidos por CiU por los siglos de los siglos.
Más bien creo que la propuesta nace como un interés táctico y de corto plazo de algún miembro del grupo municipal que de una visión estratégica. Y como siempre, estoy cansado de líderes que no tienen capacidad de pensamiento estratégico, muy cansado.
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