Hoy, la capa ya no aparece en rojo, como mostrando su muerte inminente. Podríamos decir que su estado pasó de muy crítico a estable, para beneplácito de la humanidad.
Después de que en la década de los 80’s los científicos descubrieron que los niveles de concentración de este gas habían disminuido y estaba a punto de entrar en fase terminal.
Ahora sabemos que el ozono que habita en la estratosfera y que impide que los rayos ultravioleta calcinen nuestra piel dejaron de bajar.
La buena noticia lo dieron hace poco la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Sin embargo, el anuncio estuvo cargado de prudencia: “Las concentraciones de ozono no disminuyen, aunque tampoco aumentan, como se esperaba”, precisaron.