“La Capa” oscurece con sangre el pasado y la noche. Una obra de Joe Hill

Portada de La Capa, de Joe Hill.

Superman y Batman tenían una, también Flash Gordon, Thor y el Capitán Marvel. Todos ellos lucían una como parte de su indumentaria para combatir con el crimen y con los peores villanos que pisaron sobre la faz de la tierra. Pero de la misma forma que ponerse un antifaz no hace al héroe, llevar una capa tampoco es sinónimo de cometer actor nobles. Aunque ésta de superpoderes a quien la vista.

Joe Hill adapta en La capa (Planeta DeAgostini , 2012) su propio relato corto, incluido en la obra de larga extensión Fantasmas. Junto con Jason Ciaramela y Zach Howard,  el hijo del archiconocido autor de novela de terror Stephen King crea una obra turbia y dañina, donde reflexiona sobre el mito del héroe tomando como objeto uno de sus elementos más representativos, la capa.

La de Eric había sido confeccionada por su madre a partir de una sábana azul, un rayo rojo y la insignia de los marines de su padre, que nunca volvió de Vietnam. Pero tras caerse de un árbol que se saldó con 42 grapas, su madre decidió tirársela. O eso creyó él durante diez años.

Tras romper con su novia, ser despedido del trabajo y la amenaza de una denuncia por parte de su casero, Eric se ve obligado a mudarse al trastero de la vivienda materna, donde encuentra su capa, de cuando era niño, y descubre que la capacidad de volar a quien la lleva puesta.

Desde entonces, la capa se convierte en el medio hacia donde proyectará todo el hastío vital y la ansiedad que le corre por dentro. Culpa de su fracaso a su novia, madre y hermano y, con un superpoder en a su disposición sólo piensa en hacerlos desaparecer.

La capa es la historia de una venganza que crece en crudeza, intensidad e ira conforme se va cumpliendo, aumenta también la desesperanza  e impotencia en el resto de personajes, que ven como todo el conflicto interior de Eric se había multiplicado hasta estallarlos en la cara. Las explosiones argumentales del relato son representadas con fuerza por Ciaramella a través de las splash pages, ilustraciones u ocupan una u dos hojas enteramente. Tanto él como el colorista Howard hacen un trabajo elaborado y cuidado, con bellas sombras en trama de puntos y unos cielos bellamente descritos.

A través de los episodios de su infancia, adolescencia y juventud que se incrustan en el relato a modo de flash back, y que lejos de justificar el comportamiento del personaje no hacen más que reafirmar las consecuencias de una personalidad envidiosa, suspicaz  y lúgubre.

Eric es un ser taciturno que se mueve en la noche, despliega los brazos y  eleva sus pies del suelo, entonces se siente libre y ajeno a cualquier dolor que no sea el suyo. La capa despliega la mente de Eric sobre el relato para engullir todo lo que se encuentre a su paso: sólo al final se puede elucidar si se puede escapar de ella.

Dafne Calvo

Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.

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