"La Cara Oscura de la Luna" de Sherrilyn Kenyon

Nombre: La Cara Oscura de la Luna.

Autor: Sherrilyn Kenyon.

Idioma: Español.

Editorial: DeBolsillo.

Nº de Páginas: 382 páginas. 

ISBN: 9788401382857





Susan Michael había sido una reconocida periodista, con varios premios en su haber, hasta que un escándalo arruinó su carrera. Ahora trabaja en un pequeño diario sensacionalista de Seattle cubriendo las noticias más inverosímiles, aunque está sobre la pista de una historia que podría redimirla… 

Ravyn Kontis nació en un mundo de predadores. Cuatro siglos atrás fue traicionado por quienes más amaba; perdió a su familia, su honor y su vida, y se convirtió en un Cazador Oscuro. Desde entonces, más letal de lo que jamás había sido, ha luchado en solitario. Sin embargo, si quiere salvar a la humanidad, debe confiar a una mujer el secreto que podría destruirle. 



“La Cara Oscura de la Luna” es la décima novela de los Cazadores Oscuros escrita por Sherrilyn Kenyon y donde se nos vuelve a abrir el mundo sobrenatural de par en par. ¡Entretenido y muchísimo más interesante que el anterior! Y aún así, me sigue faltando algo cuando leo sus libros, es como si perdiera el hilo y los olvidara muy rápido. Cosa que no sucede si se trata de un buen libro.
Reconozco que la trama principal es muy interesante, sobre todo porque vamos viendo más movimientos de los Daimons y comprobamos que incluso los Cazadores Oscuros pueden tener sus debilidades. Los problemas que surgen en Seattle son bastante creíbles y mantienen enganchado al lector desde el primer momento.
Un punto fuerte de la novela e incluso de la propia autora son los malvados que inserta en cada trama. No son de esos malos que con un soplo de aire se vuelven buenos, sino que se mantienen y son crueles durante tanto tiempo como sea necesario. Y además, profundiza también en la relación entre los Cazadores Oscuros algo que estamos acostumbrados, pero que no deja de sorprendernos.
Y aún así, lo que realmente importa es lo que menos peso tiene en toda la historia y me hace pensar que Sherrilyn no tiene un término medio. En un libro te satura con la pareja y en el siguiente brilla por su ausencia. El enamoramiento entre Susan y Ravyn es cuanto menos corto, sí ya sé que no nos podemos tirar meses pero me agradaría que al menos fueran semanas, porque seamos sinceras... ¿Quién se enamora en cinco días?
Lo siento, pero la pareja no ha conseguido llamarme la atención y apenas me ha removido nada en mi interior. Me atrevería a decir que hubiera omitido ciertas escenas, que me parecieron totalmente anti-eróticas por mucho que la autora las hiciera pasar por algo que no son, y que sobraban en todo el argumento central. En cuanto a los personajes…
Susan es una mujer que ha tenido que pasar por un gran bache y lo deja patente cada vez que abre sus pensamientos al lector. Pesimista hasta la médula, llorando de todo lo que no tenía antes y aún así con un cierto toque de valentía que la ha salvado de ser horripilante. Al menos está dispuesta a llegar hasta el final y ese es un aspecto que me ha agradado mucho en ella.
Ravyn Kontis no tiene mucho que contarnos que no sepamos ya de un Cazador Oscuro, porque todos tenemos claro que su vida ha sido un desastre y que cómo no carga con una culpa tremenda. Un pasado horripilante donde las traiciones están a la orden del día y lo sumamos a Talon, Kirian, Zareck, Valerio y podría seguir contando porque todos los libros son iguales.
Como siempre la incorporación de Aquerón resulta ser la parte más interesante de todas, es el personaje por excelencia que consigue levantar la curiosidad del lector y sobre todo cuando lo juntas con otros personajes que hacen que salten chispas (y no me refiero a Artemisa).
“La Cara Oscura de la Luna” vuelve a ser un libro más de una larga lista que parece no acabar. Ya son varios los libros que no despiertan un interés especial, pero al menos esta historia sí consigue llamar la atención generalmente y solo por eso merece tener una crítica semi-positiva. Pero cuenta los libros que quedan para Aquerón y me pregunto cuándo se dará cuenta Kenyon que escribir como churros no significa tener buenas historias.