Me gusta la novela policíaca y la novela negra, pero cada vez le pido algo más al género y aunque en esta ocasión, por lo que indica la sinopsis, ese algo más parecía provenir del tema zombi, un tema que en cuanto veo en cine o literatura me hace correr en dirección contraria, me dejé llevar por mi intuición y me decidí por esta lectura. Os advierto antes de nada, por si alguno al igual que yo está pensando en descartarlo solo de imaginar una horda de muertos vivientes, que en absoluto es así porque La caricia de la bestia no es una novela de zombis.
Sinopsis
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro.
Mi opinión
Al comienzo de La caricia de la bestia no se le puede negar ni la fuerza de las imágenes que crea en el lector ni la capacidad para generar tensión e interés desde el primer momento de lectura. En un bosque de la población de Grazalema dos jóvenes son atacados por un ser humano de aspecto extraño. De un mordisco arranca parte de la cara del chico y la chica, que consigue salir indemne, no tiene dudas sobre que su atacante ha sido un zombi, no solo porque su físico así parece indicarlo, sino que su andar deambulante y su descomunal fortaleza, inmune al dolor tras partirle una pierna con una barra de hierro, así parecen indicarlo. La inspectora Laura Tébar y el subinspector David Merino serán los encargados de la investigación.Cristina C. Pombo, con una prosa sencilla, un lenguaje coloquial y un estilo un tanto recargado dada la profusión de comas a la que se ve obligada por la extensión de sus descripciones, nos ofrece un caso policial original que, partiendo de una premisa tan absurda como increíble como es la existencia de zombis, consigue armar una trama sólida con una resolución racional y muy satisfactoria. Por el camino salpica el desarrollo con cierto efectismo más encaminado a rizar el rizo que a aportar algo sustancial a la historia o a la investigación, olvidando que en ocasiones menos es más. Del mismo modo se aprecia una falta de pulido en ciertos detalles sin mayor importancia porque no afectan al desarrollo de la trama, pero que sí me han causado una cierta sensación de no haber rematado el proceso de escritura o de edición.
Destaca en la novela la curiosa pareja protagonista que si bien cae en algunos tópicos no por ello deja de ser ocurrente y original y de percibirse por el lector como dos personajes reales y naturales. Con personalidades antagónicas y por lo tanto métodos de investigación opuestos, Laura Tébar, mujer madura de 55 años y con un visceral odio hacia los hombres, y David Merino, conocido como el Cons, recién trasladado de su Mundaka natal, con veintitantos años, rasta y pinta de, según la inspectora, perroflauta, protagonizan diversos diálogos frescos y agudos que me han dibujado más de una sonrisa durante la lectura. Por contra se dota a la novela en general y a los protagonistas en particular de una tensión y unas connotaciones sexuales que en su justa medida habrían resultado naturales, pero que en demasía han llegado a restar credibilidad a determinadas situaciones y me han resultado ciertamente molestos.
La autora se toma su tiempo para situarnos en el ambiente lóbrego de unos paisajes que tras el primer ataque han perdido su carácter idílico para tornarse peligrosos, de forma que lanovela avanza a un ritmo pausado pero constante. En ocasiones se ofrece excesiva información sobre el pasado de los protagonistas y sobre hechos de poca trascendencia causando esto ciertos valles en la lectura ya que van más allá de lo necesario para mostrarnos el bagaje anterior por el que los personajes han devenido en lo que son hoy, si bien a través de ello la autora, más allá de la investigación policial, aprovecha para hablarnos de diversos temas que están presentes a lo largo de toda la novela como son las relaciones familiares y de amistad, la corrupción, el poder... En cualquier caso ese ritmo pausado acelera hasta casi tornarse vertiginoso conforme nos acercamos a un desenlace muy satisfactorio y claramente pensado para una continuación o al menos esa ha sido mi impresión tras acabar la lectura.
En definitiva, y salvando los pequeños peros que he encontrado y que considero de fácil solución en posteriores novelas, La caricia de la bestia es una novela policíaca original que partiendo de una premisa descabellada logra armar una trama coherente e inquietante hasta un final bien resuelto. Sin duda una novela con la que pasar unas buenas horas de entretenimiento.