Hay libros que me persiguen y que yo me niego a leer por los más variados motivos. En algunas ocasiones, en muchas realmente, el motivo es haber leído algo del autor que no me ha gustado, así que lo descarto para futuras lecturas, no suelo ser de segundas oportunidades si la primera ha terminado en catástrofe. Esto era lo que me ocurría con el libro que traigo hoy, mil recomendaciones por todas partes, mil negativas por la mía hasta que el mes pasado llegó hasta a mí en forma de regalo de cumpleaños y me encontré con él entre las manos justo un día que había olvidado la lectura de aquel momento en casa y tenía que comer sola ¡sin libro! Hoy os hablo de La carne.
Sinopsis
«Al final todo acaba por desembocar en el amor. Y en el daño.»
Una noche de ópera, Soledad contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella tiene sesenta años; el gigoló, treinta y dos.
Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los estragos del tiempo, el relato de la vida de Soledad se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la Biblioteca Nacional.
La carne es una novela audaz y sorprendente, la más libre y personal de las que ha escrito Rosa Montero.
La autora
Rosa Montero nació en Madrid y estudió Periodismo y Psicología. Ha publicado las novelas Crónica del desamor (1979), La función Delta (1981), Te trataré como a una reina (1983), Amado Amo (1988), Temblor (1990), Bella y Oscura (1993), La hija del caníbal (1997, Premio Primavera de Novela), El corazón del Tártaro (2001), La loca de la casa (Alfaguara, 2003; Premio Qué Leer 2004 al mejor libro del año, Premio Grinzane Cavour 2005 y Premio Roman Primeur 2006, Francia), Historia del Rey Transparente (Alfaguara, 2005; Premio Qué Leer 2005 al mejor libro del año, y Premio Mandarache 2007), Instrucciones para salvar el mundo (Alfaguara, 2008; Premio de los Lectores del Festival de Literaturas Europeas de Cognac, Francia, 2011), Lágrimas en la lluvia (2011), Lágrimas en la lluvia. Cómic (2011; Premio al Mejor Cómic 2011 por votación popular en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona), La ridícula idea de no volver a verte (2013; Premio de la Crítica de Madrid 2014), El peso del corazón (2015) y La carne (2016). También ha publicado el libro de relatos Amantes y enemigos (Alfaguara, 1998; Premio Círculo de Críticos de Chile 1999), y dos ensayos biográficos, Historias de mujeres y Pasiones, así como cuentos para niños y recopilaciones de entrevistas y artículos. Desde finales de 1976 trabaja de manera exclusiva para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981. En 1978 ganó el Premio Mundo de Entrevistas, en 1980 el Premio Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios y en 2005 el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid a toda una vida profesional. Su obra está traducida a más de veinte idiomas, es doctora honoris causa por la Universidad de Puerto Rico y Premio Internacional Columnistas del Mundo 2014.
Mi opinión
Soledad acaba de cumplir 60 años y su mayor temor es la vejez. Se duele de las huellas que el paso del tiempo va dejando en su cuerpo y el que Mario, su último amante, la haya abandonado para vivir una feliz paternidad junto a su joven esposa ha sido la puntilla definitiva para ese declive que ve venir. Días antes de asistir a la ópera, sola, donde sabe que se encontrará con Mario, decide contratar un scort para que su examante la vea con él. Es así como entra en juego Adam de 32 años, el acompañante perfecto que ejecuta impecablemente su papel, pero un incidente a la salida de la ópera hará que la noche no acabe como estaba previsto.
Rosa Montero
Comienza así esta novela en la que Rosa Montero nos habla del paso del tiempo, de sexo, de fantasmas del pasado, de soledad y de amor porque Soledad tiene miedo a envejecer, pero toda la obsesión que la invade cuando mira su cuerpo, cuando se deja llevar por la hipocondría que la atenaza, no es sino el reflejo de un miedo mayor como es el de la soledad, el de la vida sin amor, el miedo a no haber sido amada nunca y no tener ya suficiente tiempo por delante para emprender nuevos proyectos vitales. Aúna la autora dos personajes, Soledad y Adam, que aun aparentemente dispares parecen encajar sin fisuras.Si su vida personal es un caos tampoco puede estar muy satisfecha de la profesional. Comisaria de exposiciones, Soledad goza de la suficiente reputación como para que cuenten con ella en importantes proyectos y así se encuentra inmersa en la preparación de una exposición en la Biblioteca Nacional sobre escritores malditos, pero ya en la primera reunión una de sus colaboradoras (más joven y que ha conseguido lo que Soledad no ha podido como es aunar el éxito en el trabajo y tener una familia) no se lo pondrá nada fácil. Es precisamente al hilo de esta exposición con la que Rosa Montero realizará un repaso de la vida de varios autores malditos y así algunos como Guy de Maupassant, María Lejárraga, María Luisa Pombal o Pedro Luis de Gálvez, entre otros, se pasean por las páginas de la novela.
La carne es un libro que se lee sin apenas darte cuenta y con el que Rosa Montero, a golpe de verdades sin paños calientes, sentido del humor y una buena dosis de suspense, enfrenta al lector a algunos de los miedos que a casi todos nos han atenazado alguna vez. No importa que algunas situaciones puedan parecernos complicadas de creer porque en esta novela no es ni la trama ni la acción lo que importan. Soledad y Adam son meros instrumentos de los que se vale la autora para enfrentarnos a realidades en las que a menudo no queremos pensar o contra las que intentamos luchar si no en vano, sí con pocas posibilidades de éxito porque el paso del tiempo y sus estragos nadie los puede parar. Por más potingues y cuidados que pongamos la carne, no podía haber mejor título para esta novela, no es inmune a las huellas y cicatrices que el tiempo deja en ella. Subyace también en la novela esa dualidad de la carne que nos da tanto satisfacciones como sinsabores, porque al igual que gracias a ella disfrutamos por ejemplo del sexo, es la que al mismo tiempo nos envejece y termina por matarnos.
«Querido lector, quisiera pedirte un favor. Y consiste en que guardes silencio.»
Esta es la petición que Rosa Montero hace en su nota final. Espero haberla cumplido debidamente por lo que solo me queda recomendaros la lectura de La carne, una breve novela llena de realidad y sentimientos.