La privacidad no es ni debería ser jamás una moneda de cambio.
Hace unos días IBM hizo pública su decisión de abandonar el negocio del reconocimiento facial acompañada de una solicitud al Congreso de Estados Unidos:
… actuar en búsqueda de la justicia y la equidad racial.
La frase viene motivada para llamar la atención en como las fuerzas del orden alrededor del mundo están haciendo uso de esta tecnología.
Los sistemas de reconocimiento facial se han utilizado para “vigilancia masiva, creación de perfiles raciales y en general para la violación de libertades y derechos humanos básicos” según palabras de Arvind Krishna, CEO de IBM.
Los sesgos provocados por la tecnología de reconocimiento facial no son precisamente nuevos, hace unos años uno de estos sistemas dio un falso positivo al identificar a 28 miembros del Congreso de Estados Unidos como personas arrestadas por haber cometido algún crimen.
El culpable, el sistema Rekognition desarrollado por Amazon.
IBM marcó la pauta
La declaración de IBM es un precedente importante, aunque en el mercado existen contabilizadas más de 45 empresas que de manera activa ofrecen el servicio de reconocimiento facial al sector privado y gubernamental.
Microsoft y Amazon han tomado una decisión similar, ambas con contratos activos con diferentes gobiernos, urgiendo a los mismos a tomar cartas en el asunto.
En el caso de Amazon, la prohibición para que las fuerzas de la ley puedan utilizar su sistema de reconocimiento facial se limita a un año.
Rekognition en particular cometía errores bastante significativos, como tener problemas para identificar el género de personas de piel oscura, a diferencia del reconocimiento de personas de piel clara, cuyo error se minimizaba a casi cero.
Amazon trató de minimizar los resultados aunque un detallad post en Medium no deja lugar a duda, el sistema se encuentra lejos de ser perfecto, en el camino va dejando consecuencias.
Una plática de TED puede ayudar mejor a entender la situación:
¿Es todo negativo?
Por supuesto que no.
La biometría en general y el reconocimiento facial en particular, son también responsables de hacer el acceso a dispositivos y espacios, más cómodo.
Desbloquear tu teléfono con el rostro o evitar cargar con credenciales o documentos innecesarios y ya reemplazados por tus rasgos físicos ha tenido también un coste.
Se trata de una tecnología ya bastante integrada en la sociedad, aunque tal vez no lo sepas o no estés plenamente consciente de ello.
Existe además quién vio en la pandemia del COVID-19 una oportunidad para capitalizar esta tecnología, mientras hay países como China en donde se trata de sistemas de uso común.
¿Deseas conocer como funciona a nivel de usuario, con tu rostro?
PimEyes es un buscador enfocado en reconocimiento facial que promete rastrear todas las plataformas accesibles de manera pública.
No es lo mismo que hacer una búsqueda reversa de Google, ya que en esta última no se involucra la tecnología de reconocimiento basándose más en la similitud entre los escenarios.
Útil para evitar el robo de identidad o la clonación de tus redes sociales, aunque a manera de curiosidad sirve también para encontrar gente alrededor del mundo con la que compartes rasgos faciales.
Este tipo de herramientas deben usarse con cautela, esto con el fin de evitar lo que sucedió hace algunos años con la app rusa FindFace que permitía encontrar a cualquier persona en internet tan solo teniendo una imagen de su rostro. Fue dada de baja por los problemas a la privacidad y seguridad que suponía.
Aunque una vez que la tecnología se lanza es muy complicado dar un paso atrás, aunque en algunos casos, como este, puede que sea necesario.
La entrada La carrera por la tecnología de reconocimiento facial; un paso atrás, tal vez muy necesario se publicó primero en Cristian Monroy.