Imagínate que tienes uno de esos días en los que estás triste, los colores parecen resumirse en el gris y la comida no tiene sabor (háztelo mirar, no vaya a ser que estés enfermo) y decides leer esta novela. Te auguro un pronto fallecimiento por suicidio.
Es una bella novela de poco más de doscientas páginas, pero suficientes para hacerte caer en una profunda depresión por lo que sugiero que cuando decidas leerla lo hagas cuando te encuentres animado y lo suficientemente fuerte de ánimo para soportar la tristeza.
Narra el día a día de un padre y su hijo a través de un país después de un suceso que prácticamente ha eliminado la vida animal, vegetal y humana.
Es una obra en la que desaparecen los nombres. En ningún momento sabes cómo se llaman
los protagonistas, ni como se llaman aquellos con los que se encuentran en su deambular, ni en qué país están ni a donde se dirigen. Las emociones se intuyen por poco más que sencillas y escuetas conversaciones, así como algunos momentos en los que el autor deja entrar en la mente de uno de los protagonistas. Tal y como está escrito se me hace difícil pensar en una mujer como autora de esta obra.
Cormac McCarthy es considerado uno de los grandes escritores norteamericanos y que seguramente nos sonará por otra de sus obras de la que se hizo una película No es país para viejos.
La carretera fue galardonada con el Premio Pulitzer de 2007 en la categoría de ficción, con el James Tait Black Memorial Prize en 2006 y fue finalista para el National Book Critics Circle Award en 2006.