La carretera de Cormac McCarthy
Editorial Debolsillo ~ 9788483468685
En un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio norteamericano en dirección al sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas, y las bandas de caníbales asolan el país convertido en un yermo donde sólo la barbarie ha echado raíces. El amor de un padre por su hijo es, sin embargo, la única luz de una tierra que ha perdido a sus dioses. Quizás el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre.
No te alejes de la carretera
Hace mucho, mucho tiempo había escuchado de este libro. Es de esos que has escuchado mencionar muchas veces pero no te había interesado específicamente. No soy de tener siempre algo definido que leer, soy más como un río. Dejo que la corriente me lleve y lo que encuentre es lo que leo. Como siempre lo encontré en la biblioteca, y claramente me lo llevé para leerlo.
Es un año indeterminado, Estados Unidos es una tierra asolada, donde los animales ya parecen haber desaparecido y llueve ceniza en vez de agua cristalina. En medio de la desolación, en una tierra muerta en vida caminan un hombre y un niño. Padre e hijo viajan en la carretera, arrastrando un carrito de supermercado donde llevan sus escasas pertenencias. Desean llegar lo más pronto posible al sur, para escapar de los dedos gélidos del invierno. Pero no están solos, hay personas en este mundo, pero no se puede confiar en ellas. Muchos son caníbales y otros, simplemente son peligrosos.
Leer la carretera ha sido toda una experiencia. No soy de leer mucho historias apocalípticas, pero cuando lo hago siempre busco que sean las mejores. Y este libro sin duda es de los que te dejan pensando, martillándote la cabeza pensando en su pluralidad de significados, en lo que realmente transmite. Si es solo una excusa para transmitir un mensaje más importante.
Contada sin capítulos y que sigue una estructura fragmentaria aderezada con diálogos sin guiones, esta historia cuenta el peregrinaje de padre e hijo, en una lucha constante por no morir de frío y de hambre, tratando de alejarse del norte y viajar por zonas peligrosas y muertas, para llegar a zonas más cálidas. En medio de esta crudeza, tratan de llegar al sur, una especie de Santo Grial en medio de la desolación.
No estoy segura a ciencia cierta si es una historia que en realidad habla del espíritu humano. Me recordaba a ratos a la historia de The walking dead, claro está manteniendo las distancias, en lo que a cómo el espíritu humano es impredecible, pero siempre prevalece la supervivencia. Cuando el padre le dice al hijo que "ellos llevan la llama" es más bien como si nos dijeran que ellos llevan la esperanza de que aún existe la civilización, de que aún existen seres humanos que no han sucumbido a la barbarie y a la violencia.
Jamás conocemos el nombre de padre ni del hijo. Asistimos a ver la estrecha relación que tienen los dos, donde el padre trata de enseñarle a su hijo a sobrevivir en el entorno destrozado y peligroso, a pesar de que el niño a fin de cuentas es lo que es, un niño. Ambos personajes se muestran tangibles y dolorosamente cercanos al lector, aunque siempre existe ese velo de que no los conocemos realmente, ni siquiera conocemos sus nombres.
El estilo de McCarthy no podría compararlo fácilmente. Tiene la claridad y sencillez como fue tan reconocido en Hemingway, pero posee esa fuerza y peso para contar muchas cosas con un estilo poderoso pero sin muchas florituras. La historia también posee ciertos flashbacks hacia el pasado del hombre, pero son pocos. Es como si los personajes también fueran una sombra para el lector, y los conocemos en su momento presente, en su lucha por la supervivencia.
El final es sin duda, ambiguo. De esos finales donde el lector puede quedarse pensando por días y tener varias interpretaciones de lo que ha leído. Para muchos no es una lectura fácil o satisfactoria, pero para mi lo ha sido. Es de esas historias que tocan temas trascendentales, como la propia existencia humana y el espíritu de la humanidad. Desoladora y cruda, pero también hermosa, la recomiendo mucho.