Revista Política

La carta a los Reyes Magos

Publicado el 04 enero 2012 por Basseta
La carta a los Reyes Magos Yo de niño era inocente, por lo menos lo bastante inocente como para creer la historia de los Reyes Magos, que mis padres se encargaron de dramatizar con todo lujo de detalles. Tan inocente como para llegar gritando a mi casa tras ver el telegrama que se colgaba del Plátino anunciando la llegada de SS.MM. los Reyes Magos de Oriente. Tan inocente como para discutir con mis compañeros de colegio hasta la extenuación, defendiendo la existencia de tan singulares monarcas, negando cuantas razonadas evidencias me ponían delante.
Como la gran mayoría de los niños y niñas de mi edad, sufrí el gran drama de perder la inocencia y encontrarme con la dura realidad. Y lo de menos era que los Reyes fuesen los padres, pues más duro fue tener que aceptar que había matrimonios infelices, hijos no queridos, guerras provocadas por simples intereses económicos, injusticias, etc.
Ahora, a mis 52 años, me pongo a pensar qué carta escribiría a los Reyes y me doy cuenta de que tengo todo lo que un ser humano puede desear. Tengo una esposa que no me merezco y a la que le debo una gran parte de mi felicidad. Tengo unas hijas que me colman de satisfacciones. Tengo un trabajo que me permite vivir dignamente, acompañado de unos compañero/as de calidad humana y profesional insuperable. Tengo tiempo para dedicar a mis quehaceres como Concejal del Ayuntamiento de Ibi. Tengo salud, aunque necesito modificar en algo mis hábitos alimenticios. Tengo a mi madre, a mis hermana/os, a mis cuñados/as, a mis sobrinos/as, a los que quizás debería prestar algo más de atención. Y tengo este blog.
Según Aristóteles la felicidad es la ausencia de todo tipo de dolor, y en ese sentido me considero muy afortunado. Es cierto que no tengo un gran coche, ni un yate, ni una mansión de lujo, pero esos bienes puramente materiales puede esperar y, además, se corre el peligro de atarse demasiado a ellos y sufrir con su pérdida o por el simple miedo a perderlos.
Así pues, creo que lo único que realmente me haría realmente más feliz sería volver a tener aquellos maravillosos 6 años, escribir con letra primorosa la carta a los Reyes, hacer una cola interminable hasta llegar al Paje Real, emocionarme al entregarla y acostarme pendiente de vigilar la ventana donde mi madre dejaba preparada la copita de mistela y el turrón. Cerrar los ojos poco a poco, sin querer dormir, hasta caer rendido y no despertar hasta la mañana siguiente, con los paquetes esparcidos por el suelo de la habitación. Quiero una nueva oportunidad.
La carta a los Reyes MagosSi de verdad los Reyes existen y son realmente Magos, quiero que me alejen de las complicaciones cotidianas, quiero que me devuelvan la inocencia perdida, quiero volver a creer en que los méritos acumulados a lo largo del año se convierten en regalos, quiero volver a soñar con un Scalextric y con un Mecano de los de caja grande, quiero volver a estar seguro de que todos los niños y niñas del mundo tienen en estos días un premio a su excelente comportamiento. Quiero volver a creer que la gran mayoría de las personas son honestas, que el mundo es justo y que existe la igualdad de oportunidades.

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