Revista Cultura y Ocio
*Lisboa: Detalle de fachada. Alegoría del trabajo colectivo.
Decíamos ayer... Decíamos ayer que seguramente habría más noticias en torno al contenido de ese documento que pasará a denominarse "Carta de Lisboa". Y en efecto las ha habido: Mandiles Azules acaba de hacer público el contenido del texto suscrito el pasado domingo por un más que amplio colectivo de organizaciones.
Desde aquí, una vez más -y lo haremos siempre-, nos unimos a lo que es todo un gesto y una seña de identidad compartida más allá del propio Gran Oriente de Francia. Lo haremos por respeto, por consideración, por reconocimiento. Lo haremos por lealtad a aquello que prometimos un día; por lealtad a ideales y valores que son la seña de identidad y brújula que nos orienta contra viento y marea.
Siento además una especial alegría al colocar este enlace por muchas razones. Éstas atañen a mi fuero interno y siempre he rehuído de vulgarizar lo privado en espacios públicos, así que no diré más que eso: Que siento una especial alegría. Una alegría que se hace inmensa al leer el contenido de la Carta de Lisboa y que se desborda al llegar a un párrafo que a día de hoy deviene en imprescindible:
"...Un Soberano Capítulo “Justo y Legítimo” no puede constituirse si no es en el marco de una jurisdicción que haya recibido la Patente del Rito Francés del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, y haya firmado una Convención que observe las reglas intangibles del Rito Francés inspiradas por Alexandre Roëttiers de Montaleau..."
*La fotografía que ilustra el texto ha sido realizada por el autor de este blog.
Et si omnes, ego non.