Revista Cultura y Ocio

La casa 758, de Kathryn Berla

Publicado el 13 febrero 2014 por Samira @Sam911bee
La casa 758, de Kathryn BerlaTítulo.La casa 758.Título original. 758.Autora.Kathryn Berla.Editorial.Nube de tinta.Género.Realista, juvenil.Edición.Tapa blanda con solapas.Año de publicación. 2014.ISBN.9788415594147.Idioma.Español.Idioma original. Inglés.Sinopsis.Krista perdió a su madre en un accidente de coche hace dos años y, desde entonces, su mundo se ha roto. Siguiendo una rutina inflexible que ella misma se ha impuesto, día tras día se acerca a la casa 758, el lugar donde vive el chico que provocó el accidente mortal. Krista no sabe por qué lo hace: ¿quiere hacerlo sufrir?, ¿necesita poner cara a su nombre?, ¿dar forma a su odio?Pero la vida de Krista empieza a cambiar con la llegada a casa de su abuelo materno, un superviviente del Holocausto de origen húngaro. Su testimonio logrará sacar a Krista de la apatía y le dará la fuerza que necesita para volver a empezar ...La casa 758, de Kathryn BerlaLa casa 758, de Kathryn BerlaDespués de haberlo leído en menos de tres días, creo que la palabra que mejor define a este libro es intenso. Y ha sido esa intensidad, la concentración de sentimientos y hechos que transmite lo que me ha enganchado sin descanso y que cada vez que he tenido un hueco libre, lo he cogido para leer. Desde que le compraron el Avispón, su coche, Krista no para de ir hasta la casa donde vive el culpable de la muerte de su madre y su hermana. Está deprimida y a pesar de que va a hacer casi dos años desde que ambas fallecieron, Krista no ha conseguido superarlo y por cómo es al principio de la novela, me parece que ella no ha querido tampoco. Además, desde que Marie, la nueva novia de su padre se ha mudado a casa, Krista ha plantado la tienda de campaña encima del garaje del coche y duerme allí desde entonces.La casa 758, de Kathryn Berla Al principio nos encontramos ante una Krista muy deprimida y a la que le cuesta adaptarse a los cambios. Es impulsiva y no piensa el daño que se hace a sí misma y a los demás con sus actos. No solo con la ayuda de su abuelo, que a partir de sus recuerdos del Holocausto la hace reflexionar y salir hacia adelante sino también con la confianza que le da Jake, un compañero de instituto para que se libere, harán que ella misma sea capaz de avanzar. Quizás a veces solo necesitamos ver un destello de luz para darnos cuenta de lo que nos sucede y salir del atolladero. Aunque esta novela creo que tiene personajes muy carismáticos y muy bien definidos, me gustaría destacar al abuelo, que es un personaje tierno y con el que he pasado algún que otro momento divertido ya que aunque ha pasado algunas penurias tiene un gran sentido del humor. La forma de narrar de la autora es sublime, con un estilo muy directo y que describe con mucha precisión las diferentes situaciones a las que la protagonista se enfrenta. Ojalá siga escribiendo muchas más historias porque si ésta es su primera novela y me ha encantado, no quiero imaginarme las demás. En cuanto a la portada, hay que decir que es muy simbólica, además de bonita. Vemos la casa de Krista y encima la tienda de campaña que ha instalado, donde comenzó con momentos muy duros pero donde terminará con muchas reflexiones y buenos momentos. En fin, espero que disfrutéis con la novela tanto como lo he hecho yo. No es una novela para tomársela con prisas, es para saborearla y dejarla que te atrape entre sus páginas como lo ha hecho conmigo.
* Gracias a la editorial por el envío del ejemplar.Mi puntuación.La casa 758, de Kathryn Berla

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