Donde dije digo, digo Diego. La Casa Blanca comenzó el lunes a dar marcha atrás sobre las acusaciones sin pruebas del presidente Donald Trump de que su antecesor en el puesto Barack Obama ordenó intervenir los teléfonos de la Torre Trump durante la campaña electoral de 2016.
"Realmente él [Trump] no piensa que el presidente Obama fuera allá e interviniera personalmente sus teléfonos", dijo en rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
La Casa Blanca comenzó a recular cuando se cumplía el plazo que el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes había dado al Departamento de Justicia para que aportara pruebas del supuesto espionaje del Gobierno de Obama a Trump.
El portavoz trató de convencer a los periodistas de que Trump acusó la semana pasada a la administración Obama de realizar actividades de "vigilancia" en el sentido amplio de la palabra, no literalmente de "intervenir su teléfono", a pesar de que eso fue lo que el presidente escribió el 4 de marzo en su cuenta de Twitter. "El presidente utilizó la palabra 'wiretap' (escuchas telefónicas) entre comillas para referirse a una vigilancia en el sentido amplio y otras actividades", explicó Spicer.
Trump fue criticado por demócratas y republicanos después hiciera estas graves acusaciones sin aportar ningún tipo de pruebas. El mandatario comparó el presunto espionaje de Obama con el escándalo de Watergate, que acabó en 1974 con la presidencia de Richard Nixon.
"¡Terrible! Acabo de saber que Obama me espió en la Torre Trump justo antes de la victoria. No encontró nada", tuiteó Trump. "¿Es legal que un presidente 'haga escuchas telefónicas' a la campaña de un candidato antes de unas elecciones?", se preguntó Trump en esa red social.
El senador republicano John McCain dijo este fin de semana que Trump debería retractarse de sus acusaciones o aportar pruebas que sustenten estas graves acusaciones.
"No tengo pruebas, pero para eso hay una investigación en el Congreso", reconoció Kellyanne Conway, asesora presidencial y ex jefa de campaña de Trump. Conway había sugerido un día antes de que la Torre Trump había sido espiada con teléfonos, televisiones e incluso con microondas que se convierten en cámaras, pero el lunes también dio marcha atrás.
Tanto Obama como James Clapper, ex director de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, negaron las acusaciones de que habían intervenido los teléfonos de la Torre Trump durante la campaña electoral.