Revista Cultura y Ocio

La casa de hojas. Mark Z. Danielewski

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La casa de hojas. Mark Z. Danielewski
     "Todavía tengo pesadillas. De hecho las tengo tan a menudo que ya debería haberme acostumbrado. Pero no. La verdad es que nadie se acostumbra a las pesadillas.
     Durante una temporada probé todas las pastillas imaginables. Cualquier cosa con tal de refrenar el miedo."
     Si uno se limita a observar la cubierta del libro, tal vez pase de largo. Pero si se decide a abrirlo, se debatirá entre dos opciones: considerar la novela como un despropósito de líneas mal colocadas y páginas casi en blanco, o sentirse irremediablemente atraído por esa monstruosidad que forma el libro. Yo tenía clara mi opción, así que no tardé en llevármelo a casa. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La casa de hojas.
    Navidson interrumpe su ajetreada vida como fotógrafo para mudarse con su mujer y sus hijos a una hermosa casa. Como le sigue gustando la imagen, pronto instala cámaras por la casa con el objetivo de hacer una película sobre su familia.Y así descubre un imposible; la casa mide más por dentro que por fuera. Esto lo obsesiona y lo investiga cámara en mano, llegando a hacer una película que vería un tal Zampano. También se obsesiona, este con la película, y escribe un manuscrito que es casi un estudio tanto del film como del fenómeno que en él se muestra. Pero nosotros a quien conocemos es a Truant, un joven que encuentra el manuscrito de Zampano y se siente irremediablemente atraído por él: obsesionado.
     Y esta es la historia que nos cuenta uno de los libros que más han dado que hablar desde su publicación. En su primera novela, Danielewski nos hace dudar de uno de los pilares más elementales; la física, la medida, lo que vemos. El interior de una casa no puede ser más grande que el exterior... él lo sabe, nosotros también, y su protagonista está seguro de ello. Y se obsesiona, y la casa crece y el libro se torna intrigante y retorcido. Tanto es así que las anotaciones de Truant se convierten en molestas interrupciones en las que nos habla de banalidades. Zampano es quien nos interesa, su investigación, sus notas, su Minotauro. Entramos en este juego en el que Davidson explora una casa que parece crecer retorcida en su propia oscuridad sin saber a dónde nos va a llevar, y aquí entra en juego esa curiosa colocación del texto. Porque lo acompañamos:
                                                                             puerta                                                                             tras                                                                              puerta                                                                             esca                                                                                  lera                                                                                       tras                                                                                          esca                                                                                               lera
(Lo siento, tenía que ponerlo así, era una tentación demasiado fuerte)
     Y no avanzamos, aunque pasamos páginas, igual que le sucede a Navidson y su equipo en las entrañas de esa casa. Y la aventura se estrecha y las letras bailan ante nuestros ojos. Y Truant empeñado en contarnos en notas a pie de página su vida, sus propias obsesiones, sus carencias... Y ahí está la maestría de Danielewski al hacer lo imposible; una novela que se retuerce sobre si misma desde dentro al igual que lo hace su casa imposible. Y ahí estamos nosotros adentrándonos por pasillos eternos y oscuros buscando el secreto de esta casa. Buscando el núcleo, el monstruo, la solución. Dejando por el camino rastros que luego no vemos, amigos, compañeros... y seguimos avanzando sin descanso. Obsesionados.
     Supongo que ahora debería de decir que es una obra maestra y citar eso del Moby Dick de la literatura, pero... hacer una reseña a tiempo pasado otorga una perspectiva distinta de la obra. Como novela de terror, la historia de Navidson/Zampano es fantástica, totalmente recomendable. Otro caso es Truant y su constante interferencia en notas a pie de página que aportan una suerte de metalectura en la que el lector también es ficción. Eso es lo que complica y alarga la novela, ya que se aleja mucho del terror psicológico lo que nos cuenta (a no ser que el lector tenga hijos y piense en que se puedan convertir en un personajillo similar).
     Con todo, hay que leer La casa de hojas, como novela, como novedad, como experimento, como rareza y como libro para ser disfrutado. Independientemente de la trama, de si nos atrapa, de si nos gusta o nos emociona... merece la pena. Por cierto, a mi me gustó.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias
     PD. Si el libro nos marca la casa en color, remarcándola, yo he querido sumarme a la idea y destacarr la sensación recurrente durante su lectura.
      Os dejo el booktrailer:

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