Revista Libros

la casa de las bellas durmientes de kawabata

Publicado el 20 septiembre 2013 por Icíar

la casa de las bellas durmientes de kawabata Escritor: Yasunari Kawabata
La casa de las bellas durmientes” un relato corto que ya desde el principio se reconoce escrito de forma magistral; lleno de reflexiones; embaucador en las asociaciones; bonito en la forma; y con mucha profundidad.
Eguchi es un anciano japonés que se encuentra en el invierno de su vida, que “vive en vecindad con la muerte”. Eguchi empieza a sentir la tristeza nostálgica que grita su decadencia.
Eguchi oye hablar de una casa-burdel muy peculiar, se encuentra enclavada en un acantilado, donde el sonido del viento sopla con fuerza, y las olas del mar embravecido golpean la roca anunciando el invierno que está por venir, como el invierno de su anciana clientela, que allí acude buscando aliviar el peso y la desolación de la vejez. Y es que allí yacen desnudas y narcotizadas hermosas mujeres vírgenes.
Los ancianos acuden a deleitarse con la belleza y pureza de la juventud, como un alimento de la vida que se les va, obteniendo un consuelo efímero que dicen que les aporta una melancólica felicidad. Sólo una regla han de cumplir: las muchachas deben seguir siendo vírgenes, algo que para lamento de los clientes, no es difícil de cumplir, porque ya saben estos ancianos que "la pureza de las muchachas es su propia fealdad", la fealdad de su propia impotencia.
Así que Eguchi, nos va contando en cada uno de estos encuentros, e inspirado por la proximidad de tan bellas durmientes, los recuerdos de su vida que van desfilando por su mente, y todo ello en un lenguaje interior elegante, pausado y lleno de belleza, y con preciosas asociaciones.
Pero, si así de primeras pudiera ser que trata de un relato que aborda el tema del deseo, y la limitación de la vejez, que seguramente es así, yo me he quedado sin embargo con la idea de que es un relato que cuestiona sobre las consecuencias que la exigencia de una cultura afecta a la vida de sus individuos; así como el papel de uno mismo en contribuir a esa invalidez en vivir una vida. Y esto lo digo, porque una de las cosas que más me han llamado la atención en la novela, es la calidad de esos recuerdos que son evocados, casi ninguno con peso específico, casi todos son momentos de aventuras y acontecimientos pasajeros.
Por eso me despido con lo que quiero recordar de este relato corto, y que me parece esencial en el mismo. Me despido con una de sus reflexiones sobre lo que en el fondo pudiera ser vivir, y en lo que nosotros mismos contribuimos en limitar la vida de los demás:
"¿Acaso podría ser esto para el viejo Eguchi la vida? esos pocos y únicos momentos en que se ha vivido con espontaneidad, sin pensamiento, sin cadenas, momentos que en cualquier caso se desvanecerán en un momento ... Casarse, criar a sus hijas, todas estas cosas, en la superficie eran buenas, pero haber tenido los largos años en su poder, haber controlado sus vidas, haber deformado su naturaleza incluso, estas cosas podían ser malas. Tal vez engañados por la costumbre y el orden, nuestro sentido del mal se atrofia".
NOTAS:
1).- Creo que la razón de que este libro,  siendo un libro bonito, no haya permitido llegar a conectar con la sensibilidd que encierra, es debido a la cultura japonesa de la que procede. Aunque sin embargo, sí he llegado a conectar con sus personajes, pero más como víctimas de una sociedad que no parece dejar mucho espacio al individuo. Mientras leía, me iba acordando de  algunas de las descripciones que Amélie Nothomb plasma en dos de sus libros, y que quiero dejar aquí:
a).- Dice en "Estupor y temblores", a propósito de la mujer en la sociedad japonesa: Si por algo merece ser admirada la japonesa y merece serlo, es porque no se suicida. Conspiran contra su ideal desde su más tierna infancia. Moldean su cerebro: si a los 25 años todavía no te has casado, tendrás una buena razón para sentirte avergonzada, si sonríes perderás tu distinción, si tu rostro expresa algún sentimiento, te convertirás en un ser inmundo….” “Estos preceptos resultarían anecdóticos si no la emprendieran también con la mente. Porque en resumidas cuenta, la estocada que a través de todos estos dogmas incongruentes se ha asestado a la nipona es que nada bueno debe esperar de la vida .....No esperes que la vida te dé algo, porque cada año que pases te quitará algo. Ni siquiera aspires a una cosa tan sencilla como alcanzar la tranquilidad, porque no tienes ningún motivo para estar tranquila. Aspira a trabajar……” “Tienes la obligación de tener hijos, a los que tratarás como dioses hasta los 3 años, edad en la que de repente los expulsarás del paraíso para alistarlos al servicio militar, que durará desde los 3 años hasta el día de su muerte…” “ Será mejor que no le ames: eso te permitirá asistir con indiferencia al naufragio de sus ideales, porque tu marido todavía los tendrá. Le habrán hecho creer que sería amado por una mujer. No obstante pronto se dará cuenta de que no le amas. ¿Cómo podrías amar a alguien si tienes un molde de yeso en lugar de corazón? Te han inculcado un espíritu demasiado calculador para poder amar. Si amas a alguien, significa que no te han educado bien…” “Si te sirve de consuelo debes saber que nadie te considera menos inteligente que un hombre……” “No hay salida. Existe uno, sí. Un único camino al que tienes pleno derecho, a no ser que te hayas hecho cristiana, tienes derecho a suicidarte. En Japón es sabido que el suicidio constituye un acto de gran honor”
b).- Dice en "Ni de Eva ni de Adan", sobre los jóvenes, que ellos pasan por un período entre los 18 y 25 años, que son como un corto período de descanso en sus vidas, un pequeño período de tiempo en el que se les permite disfrutar de las exigencias que la tradición japonesa les impone, porque fuera de ese período, existía un antes en el que estudiaban como posesos, y un después en el que trabajarían como locos.
2).- Algunos ejemplos de la diferencia cultural en este libro de “La casa de las bellas durmientes”, es por ejemplo cuando la hija de Eguchi es violada y dice el viejo Eguchi: “Lo ocurrido pudo ser un arranque de amor por parte del muchacho; pero había sucedido, y Eguchi sólo podía pensar en cómo estaba hecho el cuerpo de su hija y en su incapacidad de evitar el acto”.
3).- Con respecto a la poca valoración que la cultura japonesa concede a la mujer, y que tan presente está en este breve relato. La mujer aparece como un cuerpo sin mente, dormida casi como un cadáver, que no oye, que no habla, que no juzga, y que sin embargo todo lo dice, a gusto de la mente del anciano que dice dejarse llevar por la belleza o la vida que la juventud de un cuerpo desnudo acaba evocándoles. La mujer es elemento primordial en este relato, de hecho no hay personajes varones, y sin embargo no es nada. La mujer aparece como vehículo de los recuerdos que van aflorando, y también aparece en esos recuerdos aflorados, pero si como vehículo ya hemos dicho que está dormida hasta la inconsciencia, en los recuerdos no dejan de ser momentos pasajeros, y son recordadas no tanto por ellas, como por las reacciones que ellos han provocado en ellas, por "haberse perdido a sí mismas en las caricias de él”... Se pregunta el viejo Eguchi: “¿Era el placer menos una cuestión de la magnitud de su afecto que de sus dotes físicas?"



Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista