Desde que leí por primera vez “Cien años de soledad” he sentido una profunda fascinación por el género del realismo mágico, donde lo irreal y extraño aparecen retratatos como parte de lo cotidiano sin que cause sorpresa o estupor a sus personajes que consideran hasta la magia más inverosímil como algo normal, nada fuera de lo común.
Pero fue Isabel Allende la autora que acabó enganchándome por completo a este maravilloso género literario con novelas absorventes desde la primera hasta la última página, siendo “La casa de los espíritus” mi libro predilecto dentro del género y mi favorito entre todas las obras de la escritora chilena. La historia narra la vida de la familia Trueba durante cuatro generaciones con todos lo cambios sociales y políticos reales acaecidos durante sus vidas pero añadiendo elementos fascinantes como las dotes clarividentes y poderes mágicos que posee Clara (una de las protagonistas) acontecimientos extraños como la interacción de los vivos con fantasmas y situaciones inusuales como la aparición de la cabeza de un personaje que fallece y que la propia Clara esconde en su sótano.
Realmente esta historia no puede explicarse bien con palabras porque la verdadera conexión con ella sólo puede lograrse a través de la retórica de Allende, una diosa de la literatura hispánica que afortunadamente sigue deleitándonos con su peculiar imaginación, tarea que comenzó hace ya 32 años. Lectura muy recomendable para los amantes de este tipo de literatura y a la que deben darle una merecida oportunidad aquellos que nunca se han acercado al realismo mágico o a las obras de Allende. Y es que nadie debería desaprovechar esta oportunidad de pasar unas horas en la casa de la familia Trueba, en la casa de los espíritus.