Revista Coaching
Otra semana que no ha terminado. Mañana en Alicante me encontraré con una treintena de "Marinas" que se gradúan en bachillerato y a las que daré la "lección magistral" e impondré la beca de su colegio. Pero de todas las sesiones de la semana me quedo con la que tuve la oportunidad de impartir en Civican-Caja Navarra de la mano de Iñigo Alli. Iñigo es una de esas personas que si no existieran, habría que inventarlas. Estar a su lado es una descarga de energía positiva absoluta. Un ejemplo para todos. A su lado, el mundo se ve de otra manera.
Cuentan que en un lejano pueblo había una casa abandonada. Un día, un cachorro, buscando refugio del agobiante sol consiguió meterse por un agujero en el portón de la finca. Subió lentamente las escaleras y se adentró con cautela en el único cuarto que encontró con la puerta entreabierta.
Con gran sorpresa se dio cuenta que dentro de la habitación había mil perritos más como él observándolo fijamente. Tanto como él a ellos. Y descubrió asombrado que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, en el momento exacto en que él manifestó alegría.
Ladró alegremente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondió de manera idéntica. Todos sonreían y latían como él. Pasó allí un rato y cuando decidió volver pensó lo agradable que había resultado conocer ese lugar. "Volveré con frecuencia por aquí" se dijo.
Al día siguiente otro perro callejero se coló en la misma estancia, por el mismo hueco del viejo portón. Pero este, al ver a todos sus colegas en aquel cuarto, se sintió amenazado, ya que lo miraban con agresiva desconfianza. Empezó a gruñir y vio, maravillado, cómo los otros mil perritos hacían lo mismo que él. Siguió con ladridos, y los otros hicieron exactamente lo mismo. Al salir del cuarto y descender por la escalera pensó: "Qué lugar tan horrible. Jamás volveré por aquí".
Ninguno de los dos perros habían reparado en el letrero instalado junto a la puerta de la misteriosa mansión: "La casa de los mil espejos".
Nosotros miramos el mundo a través de espejos. Según como miramos obtenemos la realidad. La cosas más bellas de la vida no se ven. Se captan con el corazón. La vida, al igual que el eco, o el espejo, nos devuelve lo que hacemos.
Así que ya sabes, consigue un espejo y sonríele al personaje que aparece. Verás como la realidad a tu alrededor, como alrededor de Iñigo, empieza a cambiar.