La vida de la joven Charmain Baker es, esencialmente, respetable. Sus días transcurren con una tranquilidad que sólo se ve alterada por las aventuras de los libros de los que apenas saca la nariz. Y entonces, un día, su tía Sempronia le anuncia que ha de ir a cuidar la casa de su tío (un tal William que, por lo visto, es mago) mientras él está fuera.
Si ahora mismo me piden que describa este libro en una sola palabra, la elegida sería sin duda "magia", porque su presencia se nota en todas y cada una de las 321 páginas que dan forma a esta historia. Una historia, por otra parte, que es más cuento que novela.En ella se nos presenta a Charmain, una joven incapaz de hacer nada que no sea sentarse junto a un libro y perderse en su propio mundo, que un día recibe la noticia de que deberá cuidar la casa de su enfermo tio abuelo William, un conocido y respetado mago, mientras este no está. Sin embargo, al llegar allí pronto se da cuenta de que aquella no es una casa normal y corriente, sino un gran laberinto de habitaciones inexploradas, puertas de triple sentido y pasillos sin fin, en la que el trabajo llama desde cada rincón. Así pues, sin saber si quiera como hacer una colada, decide que la mejor solución es volver a sus libros. Pero la llegada de Peter, un aprendiz de mago dispuesto a esperar en la casa el regreso del ausente William, y un misterioso (y confuso) encuentro con cierto libro de hechizos la obligarán a ponerse en marcha de nuevo.
De este inicio parte La casa de los mil pasillos, un libro fácil y rápido (muy rápido) de leer. En pocas páginas podemos encontrarnos sucesos que harán la estancia de Charmain en la casa de su tio abuelo mucho menos placentera de lo que habría llegado a imaginar. Y más emocionante también.
Hechizos que no siempre salen como debieran, kobolds que no hacen otra cosa que estobar y crueles lubbocks dispuestos a eliminar a todo aquel que ose pisar "su reino", son algunos ejemplos. De este modo nos encontramos con una avetura tras otra, sin pausa pero sin prisa. ¿Resultado de ello?: Imposible aburrirse.
La escritura de Diana Wynne Jones contribute a ello. Sin excesos ni adornos, describe de forma clara y precisa lo que sucede, sin dar demasiada importancia a los sentimientos. Con un lenguaje sencillo, se centra en las acciones y en los hechos, favoreciendo esa sensación de que todo transcurre a una gran velocidad. Sin embargo, la historia de La casa de los mil pasillos no resulta para nada enrevesada. Aunque son muchas las cosas que suceden, Diana ha sabido contarlas de forma que no resulten confusas. Con su pluma sabe guiarnos por el mundo que ha creado de modo que no perdamos detalle de lo que ocurre mientras corremos entre sus páginas junto a Charmain, la pequeña Waif, Peter (oh, Peter), y demás personajes.
Como puntos negativos, sin embargo, podría destacar dos (amigo, ¿pensabas que no iba a haber? :P) En primer lugar, el inicio: se me hizo algo lento y no llegó a engancharme demasiado. No fue hasta la entrada de Peter en escena cuando le cogí verdadero gusto al libro. Y el amor, oh, amor. Como muchos sabreis, me gusta encontrarme algo de romance en los libros que leo, y en La casa de los mil pasillos lo he echado muchísimo en falta. Personalmente, creo que algunas muestras de cariño entre ciertos personajes no habrían estado de más. Pero, exceptuando estos dos detalles, no he encontrado más pegas, y es que el libro me ha encantado.
Por tanto, La casa de los mil pasillos es un libro fresco, ambientado en el mundo de El castillo ambulante y repleto de fantasía y buenos momentos, con personajes agradables y una bonita historia que seguro a muchos gustará :)
Según Niicky se merece...
(Agradecimientos a Nocturna Ediciones por el envío :)
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