Revista Opinión

La Casa de Papel: ¿buenos o malos?

Publicado el 26 junio 2018 por Carlosgu82

Esta serie que ahora y por ahora puedes ver en Neflix al haber  comprado sus derechos debido a la alta audiencia que logró  su transmisión por Antena 3 de España, creada por Alex Piña y protagonizada Úrsula Corberó, Itziar Ituño y Álvaro Morte, cuenta con los elementos necesarios para el éxito logrado más allá de sus fronteras.

El  robo como acción social y de justicia siempre ha apasionado a los seres humanos aún antes de ser reflejado en la Edad Media inglesa por Robin Hood, tras la idea de que toda fortuna a su vez se ha basado en la necesidad de los más débiles y que “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón.”

Dividido en veintidós capítulos por Netflix, el espectador va entrando en la trama de seres humanos normales, como tú y como yo, que sueñan con dar un golpe para solucionar sus miserables condiciones de vida.

Te muestran en un extremo a un profesor que planifica hasta el último detalle de su robo a la casa de la moneda española, al tener una mente brillante capaz de vislumbrar los posibles inconvenientes que pudiesen surgir en el plan que piensa ejecutar, pero que jamás ha podido reunir diecinueve céntimos para completar un euro, pues en el capitalismo la inteligencia y el éxito no van de la mano.

En el centro unos personajes, todos de muy buenos sentimientos, que las circunstancias de la vida los han llevado en contra de sus voluntades a apartarse de ley para poder subsistir, pero que son capaces  de dar la vida por un hijo, un amigo o un principio, lo que te hace ratificar durante cada capítulo por qué son pobres, pues la riqueza pareciera siempre estar aparejada a la capacidad de llevarse por delante a todos y todo.

En el otro extremo, el  personajes que ha disfrutado de los placeres de la vida y eso pareciera hacerlo el ser más individualista, calculador, insensible y capaz de llevar adelante el proyecto planificado por su amigo de toda la vida el profesor, sólo por la satisfacción de sentir en carne propia lo que es el poder  y con él, la humillación que se le puede producir al resto de pobres diablos.

En el centro de la trama la eterna discusión de que así como la Historia la hacen los ganadores, las leyes también y que es más grave robar para llevar comida a casa o para comprar medicinas, que hacerlo por una avaricia desmedida con saldo mundial de pobreza y muerte, tal como lo hicieron los dueños de la banca internacional durante la crisis de la burbuja financiera de 2008.

Y así el profesor ratifica que no roban, que simplemente fabrican un dinero que se llevaran y repartirán luego de fabricado, tal como en su momento lo hizo el Banco Europeo durante la crisis que surgió luego de 2008, que si aquello no era un robo, entonces esto tampoco, pura filosofía social de la cual Marx y sus adeptos estarían muy orgullosos.

Lo bueno es que el guión está escrito de una forma amena, con un humor que raya en lo absurdo en momentos al límite de la emoción y con situaciones inesperadas que te hacen intuir que no será posible resolverlas  para los amados villanos de la Casa de Papel.

Un aspecto que resalta como altamente positivo es que pareciera que se resolvió la trama y que lo dejarán hasta allí y que por el éxito obtenido no tratarán de alargarla al extremo de que la gente no quiera saber nada más de la serie, como pasa tantas veces.

En definitiva si quiere ver una buena producción con dirección y actuaciones bien llevadas, divertirte, reflexionar sobre la relatividad del bien y del mal y vivir capítulos de permanente emoción e inusitado desenlace vea la Casa de Papel, no se arrepentirá.


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