Entramos en la casa de Victoria y Daniel de Suecia
Los Príncipes participaron desde el principio en el proyecto de restauración de su hogar y contaron con el apoyo de la princesa Magdalena, que les ayudó con algunos detalles de la decoración y se ocupó de elegir toda la tapicería
Victoria y Daniel de Suecia se mudaron al palacio de Haga, su nueva residencia familiar, medio año después de su boda, en otoño de 2010, cuando las obras de restauración llegaron a su fin. Pero no ha sido hasta ahora cuando los futuros Reyes han querido abrir las puertas de su casa. El edificio, conocido antiguamente como Pabellón de la Reina, se ubica en el impresionante parque —de estilo inglés— de Haga (Solna), a las afueras de Estocolmo. En las orillas de la bahía Brunnsviken, donde se encuentran también, entre otros edificios, el Pabellón de Gustavo III, la Casa de las Mariposas (Fjärilshuset) y las ruinas del palacio estilo Versalles que el Rey Gustavo III planeaba construir. Un proyecto que nunca se materializó.
El palacio donde nació su padre
La bonita villa, de estilo italiano, en la que crece la princesa Estelle llevaba muchos años sin ser usada por la Familia Real sueca y el “regreso a casa” fue como un sueño para la princesa Victoria, quien diría, en una entrevista concedida a Radio de Suecia (SR, Sveriges Radio), que “Haga supone un sentimiento especial para mi familia y para mí. Mis abuelos paternos, el príncipe Gustavo Adolfo y la princesa Sibila, vivieron en Haga con sus hijos. Y mi padre, el actual Rey, nació aquí. Puede parecer raro, pero nunca he tenido la posibilidad de conocer a mis abuelos, y vivir en Haga me da una sensación de estar más cerca de ellos. Siento como que el círculo se ha cerrado”.
PRINCESA VICTORIA Y PRINCESA ESTELLE
El palacio de Haga tiene 41 habitaciones y una superficie de 3.000 metros cuadrados. Las obras de restauración llevadas a cabo para habilitar la casa han sido valoradas en más de cinco millones de euros. Los príncipes Victoria y Daniel costearon la parte privada —16 habitaciones del edificio—, y la renovación del resto de palacio corrió a cargo de la Agencia de Propiedad Estatal, teniendo en cuenta que Haga deberá tener también funciones de representación. Los Príncipes participaron desde el principio en el proyecto de restauración de su hogar y contaron con el apoyo de la princesa Magdalena, que les ayudó con algunos detalles de la decoración y se ocupó de elegir toda la tapicería.
PRINCESA MAGDALENA
Haga, conocido antiguamente como Pabellón de la Reina, fue el feliz hogar de los príncipes Bernadotte hasta que el padre del actual Rey murió, trágicamente, en 1947. Ahora, la princesa Victoria y su familia lo han vuelto a llenar de vida y sonrisas. El edificio se ubica en el impresionante parque —de estilo inglés— de Haga (Solna), a las afueras de Estocolmo. En las orillas de la bahía Brunnsviken, donde se encuentran también, entre otros edificios, el Pabellón de Gustavo III, la Casa de las Mariposas (Fjärilshuset) y las ruinas del palacio estilo Versalles que el rey Gustavo III planeaba construir allí. "Haga supone un sentimiento especial para mi familia y para mí. Mis abuelos paternos, el príncipe Gustavo Adolfo y la princesa Sibila, vivieron en Haga con sus hijos", diría la princesa en una entrevista concedida a Radio de Suecia (SR, Sveriges Radio) poco después de conocer que podría trasladarse a vivir a esta villa de estilo italiano
Sobre estas líneas, la biblioteca. La princesa Victoria conservó parte del mobiliario de sus abuelos, el príncipe Gustavo Adolfo y la princesa Sibila —incluyendo la lámpara de araña— y restauró la chimenea construida en 1930. El cuadro que preside la estancia es una vista del palacio de Haga en la época de Gustavo IV Adolfo, obra de Louis Belanger
En el libro que salió publicado después de celebrarse su matrimonio, titulado Nuestra boda, la Princesa dejó claro que quería usar "lo que los abuelos tenían para reproducir el ambiente que había en Haga". El comedor, sobre estas líneas, que ha vuelto a tapizarse en azul, está dominado por una mesa ovalada que puede dar cabida a 36 comensales y tres ventanas desde las que se divisa la bahía de Brunnsviken
zquierda, la chimenea del gran salón con las armas de las familias Bernadotte y Sahsen-Cobug-Gotha. La silla Sulla de finales del siglo XVIII ha sido restaurada por la Cámara Real de Mobiliario Doméstico. Llaman la atención la moderna cesta de leña realizada con neumáticos reciclados. A la derecha, la sala de estar. Sobre la mesa, un libro sobre la Acrópolis que le regalaron a la princesa Victoria cuando visitó Atenas, hace unos años, y otro titulado Suecia, luz y paisaje.
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En la entrada principal destacan cuatro modernas sillas inspiradas en las sillas Sulla que se encuentran en el gran salón, así como en el Pabellón de Gustavo III