En este caso, un pequeño bungalow de madera, deja entrever el encanto de las fibras naturales, los colores neutros y los detalles marroquíes con líneas sencillas y depuradas.
La simplicidad en sus objetos se convierten en grandes aliados, piezas escasas pero bien seleccionadas, crean una atmósfera de frescura y una sensación muy confortable. No tenemos más que ver el maravilloso enclave en el que está situada la casa, rodeada de un lago.
Mi lugar favorito es la ducha, exenta a la vivienda e integrada en la naturaleza casi por completo. ¿No sería maravilloso poder refrescarnos en ella?





