Situada en Otura (Granada) la “Casa en Ladera” exteriormente parece estar formada por dos volúmenes prismáticos de hormigón incorporados al paisaje, encajados en el terreno a distinto nivel, cuya imagen bien se aproxima más al de una infraestructura industrial que a los cánones de la arquitectura “doméstica”.
Obra del arquitecto (y también profesor de Proyectos en la ETSA de Granada) Juan Domingo Santos, ganador del Gran Premio ENOR de Arquitectura en 2012, ha desarrollado con su trabajo una línea de investigación en torno a la intervención arquitectónica sobre el patrimonio y los paisajes en transformación.
EMPLAZAMIENTO
ALZADOS
MAQUETA
Estas dos cubiertas están conectados por un pasadizo enterrado que separa la zonas comunes de las privadas. Dispuestas en dos pabellones situados a diferente nivel, los dormitorios quedan alojados en la zona más profunda mientras que desde el el salón y la cocina se disfrutan las vistas a Sierra Nevada. Su distribución interior (en apariencia anárquica y sin sentido) recuerda a los pasadizos de los termiteros por la libertad con la que se producen.
En la cubierta del primer volumen se sitúa el acceso a la vivienda y un mirador exterior de tierra sobre el salón, que permite la realización de ciertas actividades domésticas siempre que la climatología acompañe. Este jardín /mirador y el gran ventanal del salón son los únicos espacios abiertos al exterior. Sobre el segundo bloque (que contiene las estancias más íntimas) encontramos una alberca de agua con un patio de seis metros de largo alojado en su interior, de aspecto cristalizado cuyo color y textura se ve alterado con la aparición de musgos y líquenes.
Este recurso estético se convierte en un solución para introducir luminosidad al interior de la casa y prolonga la visión reflejada de la Sierra a los dormitorios. El patio además de iluminar y ventilar las estancias, actúa como regulador térmico según la estación del año.
En el interior de ‘Casa en Ladera’ prescinde de cualquier acabado, quedando estructura de hormigón al desnudo. Únicamente los lugares de entrada lumínica se revisten con un trasdosado de cartón-yeso blanco para proyectar la luz del exterior hacia el interior de las estancias.
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